En este 5 de noviembre se conoce como el Día Mundial del Cuidador y felicitamos y homenajeamos a estas personas esenciales en la vida de tantos pacientes.
El cuidador puede serlo en el ámbito profesional (Desde la Resolución del 2 de Diciembre de 2008, todos los profesionales del sector sociosanitario en España tienen que disponer de un Certificado de Profesionalidad en en Atención Sociosanitaria a Personas en el Domicilio y a Personas Dependientes en Instituciones Sociales) pero también puede verse en la situación por grado de parentesco, sin muchas veces estar preparada emocionalmente para asumir el esfuerzo que supone esta nueva situación, produciéndose angustia y sentimientos encontrados.
Según datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, (SEGG) en 2018, el 89 por ciento de los cuidadores en España son mujeres de mediana edad, éstas muchas veces no son conscientes de la importante carga física, psíquica y emocional dado el enorme estrés diario que implica la responsabilidad de permanecer vigilante las 24 horas.
No es ningún secreto: ayudar a cuidar a un paciente cuesta mucho emocional y físicamente … Varios estudios informan la alta tasa de estrés de los cuidadores, y también señalan otro hecho preocupante: tienen menos tiempo con familiares y amigos.
Según la doctora y directora de International Medical Institute de Vithas Internacional, Cecilia Almuiña, los problemas más frecuentes a los que se enfrentan los cuidadores son «la sobrecarga, la falta de tiempo para mantener la vida personal, las repercusiones laborales y económicas y la falta de reconocimiento social».
Para minimizar el desgaste vale la pena recordar que primero es esencial cuidarse para cuidar al otro. Al no hacerlo, el cuidador se pone en riesgo de cansancio, problemas de salud e incluso agotamiento total.
A continuación hay 10 consejos que ayudarán a Mantener bajo control el estrés del Cuidador ¿Los ponemos en práctica?
1. Pon tus necesidades físicas primero. Come comidas nutritivas. No permitas el abuso de alimentos como los dulces o el abuso del alcohol. Da prioridad a tu sueño, si tienes problemas para dormir por la noche, intenta dormir durante el día. Programa revisiones médicas regulares. Encuentra tiempo para hacer ejercicio, incluso si eso significa que tienes que pedirle a alguien que te sustituya mientras haces ejercicio. Si tienes síntomas de depresión (tristeza extrema, dificultad para concentrarse, apatía, desesperanza, pensamientos de muerte), habla con un médico.
2. Conéctate con amigos. El aislamiento aumenta el estrés. Al reunirse regularmente con amigos y familiares, habla sobre tus problemas, pero también aprovecha para divertirte.
3. Pide ayuda.Haz una lista de las cosas que tienes que hacer y recluta a otros para compartir las tareas. Incluso los parientes y amigos lejanos pueden gestionar y ayudar con ciertas tareas.
4. Busca recursos en tu comunidad. Considera buscar proveedores de servicios que te ayuden con tareas como la reparación del hogar y otras tareas no relacionadas con la atención.
5. Tómate un descanso. Tú te lo mereces. Además, el anciano o enfermo puede beneficiarse de la compañía de otros durante tu descanso. Los centros de día para adultos pueden ser una solución para tu descanso. Por lo general, estos centros funcionan cinco días a la semana y brindan atención en un entorno grupal a las personas mayores que necesitan supervisión.
6. Maneja tus sentimientos. Estos sentimientos incluso interfieren con tu bienestar físico. Comparte tus sentimientos de frustración con familiares y amigos. Busca el apoyo de colegas que se encuentran en una situación similar a la tuya. Busca grupos de terapia o un profesional de psicología para que haga terapia individual en el caso de que te veas abrumado.
7. Encuentra tiempo para relajarte. Haz algo que te guste, como leer, caminar o escuchar música, puede recargar tus baterías. Algunos cuidadores usan técnicas de relajación como la respiración profunda o la visualización de un lugar positivo. Si eres religioso, puedes encontrar la oración como una herramienta poderosa.
8. Organízate. Herramientas simples como calendarios y listas de tareas pueden ayudarte a priorizar tus responsabilidades. Siempre aborda las tareas más importantes primero, y no te preocupes si no puede manejarlo todo.
9. Aprende a decir que no ¡Acepta el hecho de que no puedes hacerlo todo! Resiste a la tentación de involucrarte en más actividades, proyectos u obligaciones que no puedes manejar sin más estrés. Si alguien te pide que hagas algo que te costará tiempo y bienestar, explica honestamente por qué no puedes hacerlo y no te sientas culpable.
10. Mantente positivo. Haz tu mejor esfuerzo para evitar la negatividad. Organice una reunión familiar o cualquier otra cosa que sea buena para ti. Participa de actividades culturales o lúdicas. Siempre enfócate en las recompensas de cuidar a alguien sea por amor o por trabajo
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Fuente:aarp.org
Imagen: depositphotos.com
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