Todos aquellos que trabajan cuidando o rehabilitando personas, sean niños, adultos mayores o personas con alguna discapacidad, coinciden en algunas cualidades para dedicarse a esta labor (¡y ser bueno en lo que hace, claro!). Antes de describir estas cualidades hablemos sobre el punto en cuestión en esta publicación que es la discapacidad.
De acuerdo con la OMS:
«Discapacidad es un término general que abarca las deficiencias, las limitaciones de la actividad y las restricciones de la participación. Las deficiencias son problemas que afectan a una estructura o función corporal; las limitaciones de la actividad son dificultades para ejecutar acciones o tareas, y las restricciones de la participación son problemas para participar en situaciones vitales.»
O sea la discapacidad no es sólo una condición de salud propia de la persona, sino el resultado de la interacción entre las limitaciones humanas y el medio en el que nos desenvolvemos. Se reconoce el contexto social como factor determinante en la discapacidad de una persona. Aquí es donde resaltamos la importancia de estas cualidades de las personas que cuidan y rehabilitan como esenciales ya que harán parte también del contexto social del discapacitado.
1. Tener don de gentes – Gustarle personas, incondicionalmente
Hay muchos individuos que (todavía) no han aprendido a querer a las personas tal y como son y, como consecuencia, crean demasiadas expectativas sobre las fortalezas y debilidades de la persona, ya sea que tenga una discapacidad o no. El problema con este tipo de personas es que, a menudo, no parecen saber qué hacer cuando alguien se comporta fuera de esas expectativas.
El perfil descrito en el párrafo anterior no coincide con el de un profesional que trabaja con discapacidad. Por supuesto, hay una excepción: aquella persona que sabe separar sus expectativas personales de las profesionales. Sin embargo, sabemos que no todo el mundo es así. Las actitudes de extrema expectativa, cuando se trabaja con una persona con discapacidad, pueden no ayudar en el proceso de rehabilitación.
Ah, y lo que es peor, no dejan que las pequeñas ganancias, tan importantes como las grandes, sean percibidas, ¡ya que representan la forma de llegar allí!
Los rehabilitados necesitan disfrutar de la cercanía de las personas, independientemente de sus capacidades y disfunciones, y tener actitudes que influyan positivamente en la vida de quienes les rodean, ya sean pacientes, familiares u otros rehabilitadores.
2. Tomar con calma
El trabajo de un rehabilitador puede parecer ingrato, repetitivo y frustrante durante largos períodos, ya que puede verse interrumpido por cuestiones incontrolables, como emergencias médicas. Los mejores rehabilitadores mantienen la calma y la paciencia, tanto en crisis como en el “aburrimiento” de la falta de cambio en una situación. Pocas personas hacen esto de una manera ligera, aunque algunos aprenden con la práctica.
3. Ser organizado
Dado que muchas personas discapacitadas no conservan las habilidades de las funciones ejecutivas, una gran parte del trabajo de un rehabilitador puede consistir en enseñar y modelar habilidades organizativas. Eso significa realizar un seguimiento de las tareas, instruir al paciente incluso sobre cómo mantener la limpieza en una mesa o armario y más.
4. Saber tratar con un equipo
Una fuente constante de desafíos para los rehabilitadores es el “tira y afloja” que puede existir entre profesionales, otros rehabilitadores, familiares / cuidadores y pacientes. El trabajo del rehabilitador tiene influencia y está influenciado por las actitudes e intervenciones de otras personas que forman parte de este equipo, y esto requiere atención y lo que decimos un «juego de cintura.» Todo este proceso aún puede tener un factor de complicación, que es la falta de opinión de los pacientes en un proceso que es todo suyo. Así, en general, el rol del rehabilitador dentro de este equipo requiere reflexión y diplomacia.
5. Ser creativo
La creatividad se traduce en la capacidad de pensar fuera de la caja, ¡y esa es la única forma de trabajar productivamente con personas con discapacidades! Los rehabilitadores deben encontrar soluciones creativas cuando los métodos tradicionales fallan, ¡y esto sucede a menudo! Es decir, las situaciones que requieren creatividad son más la regla que la excepción en el universo de un rehabilitador.
6. Estar siempre bien informado
Y esto no solo concierne a lo que forma parte del universo de la rehabilitación, sino también a lo que forma parte de los avances médicos y las formas en que la escuela y la sociedad afrontan las dificultades que siempre forman parte del universo de las personas con discapacidad. Actualmente con internet, es más fácil encontrar sitios web, interactuar con otros profesionales (independientemente de la distancia) y buscar información que impacte en la intervención de rehabilitación y la participación social del paciente.
7. Ser intelectualmente curioso
Es necesario que un rehabilitador no solo tenga más información, sino que también esté dispuesto a relajar pensamientos y actitudes. Los rehabilitadores siempre deben estar dispuestos a cambiar la forma en que hacen las cosas, sobre todo porque cada cliente es uno, incluso si tienen la misma condición de salud, e incluso cada uno de estos puede estar en diferentes momentos que conducen a necesidades especiales cada hora. O pueden encontrar que los métodos tradicionales no funcionan en una situación particular y deben buscar otras formas de hacerlo. Por tanto, los profesionales de la rehabilitación tienen que ser curiosos en la búsqueda de soluciones.
Y la forma de buscar es diversificada, puede ser viendo películas
(¿has visto las películas que te indicamos de vez en cuando? – haz clic aquí), leyendo artículos, hablando con compañeros e incluso con familiares y cuidadores.
8. Saber cuándo retroceder
Los mejores rehabilitadores permiten y animan a los clientes a desarrollar su independencia en el momento adecuado. Ansiedad en las respuestas y pensar siempre que hay que manifestar cuanto antes una evolución puede obstaculizar y generar malestar en una intervención que necesita ser leve. Los rehabilitadores deben saber que mantener una situación, esperar o dar un paso atrás hace parte del proceso, ya que esto puede suceder mientras el cliente encuentra el camino por sí mismo y lucha por lograr un buen resultado.
9. Saber cuándo intervenir
Cuando algo no va bien o puede mejorar, el rehabilitador es responsable por saberlo. A veces es una situación social compleja o incluso una lección de habilidades para la vida.
10. Tener una actitud positiva
Probablemente el atributo más importante para un rehabilitador o cualquier persona que trabaje con alumnos que tienen necesidades especiales es tener una actitud positiva. Esa esperanza puede ser suficiente para marcar la diferencia e iluminar el camino para los pacientes y la familia.