3 aprendizajes que nos enseñan las personas con Demencia

demencia

Cuando hablamos de una persona con demencia es muy común ver el lado negativo de la enfermedad, todas las dificultades y toda la tristeza y carga que puede generar también para los familiares.
Pero, por muy difícil que sea, de todo en la vida podemos sacar una lección, y si estamos dispuestos a prestar atención en algunos detalles al cuidar o convivir con una persona con demencia, puede que saquemos de esta experiencia un regalo para nuestra vida.

Seguramente el primer aprendizaje es:

1 – Vivir en el presente como si no hubiera un mañana

Esto aunque parezca frase hecha y rutina de quien practica el Mindfulness, es algo que la demencia nos enseña cada día. Tenemos que vivir el aquí y ahora porque mañana todo puede ser diferente. Aquella actividad que tanto le gustó ayer, hoy no la puede ver.
Hoy puede recordar los nombres de los miembros de la familia pero mañana ya no. Tampoco se acordaran de los eventos a corto plazo, como el desayuno o con quien hablaron por la mañana. Pero mirar hacia el futuro también es complicado… todo va perdiendo el sentido, como cuando enseñas a un niño las palabras ayer y mañana. Les cuesta entender el sentido porque viven centrados en el momento presente.

¡Cómo sería genial si pudiéramos centrarnos en este ejemplo de usar nuestras fuerzas, energías, ánimos para vivir en el presente, en lugar de preocuparnos demasiado con el futuro, o de no movernos por cuenta de problemas y dolor del pasado. Esto no significa que no suframos cuando nos toca y no hagamos planes. Pero está claro que si logramos que nuestros esfuerzos se centren en vivir el regalo que la vida nos ofrece hoy, algo hemos aprendido con nuestros seres queridos que sufren esta enfermedad.

2 – No nos preocupemos por las pequeñas cosas

Muchos días serán complicados de acabar, las personas con demencia pueden tener comportamientos desafiantes, desde la apatía hasta la rebeldía. Entender que el tiempo puede solucionar muchas cosas, y que ellos necesitan más espacio o más tiempo en el proceso cotidiano puede ayudarnos.

Un día me encontré con la situación del señor que no quería ponerse los calcetines del mismo color, su hermana intentaba que se cambiara pero esto generaba un estrés. Le pregunté: ¿Esto realmente importa? Ella llegó a la conclusión de que la verdad no. Que hay detalles que no tienen demasiada importancia para enfadarnos, como por ejemplo cuando dice que no le gusta su comida preferida o este día le apetece comer primero el postre y luego el primer plato. No tiene importancia.

¡Cambiemos nuestra perspectiva! ¿Es realmente tan importante que quieran comer el postre primero o que usen calcetines que no combinen? Simplemente no importa. Respira y sigue con tu día. La vida de todos sería mucho mejor si no perdiésemos la perspectiva de lo que realmente es importante. Aprende esta lección con los que tienen demencia: Pon las cosas en perspectiva y evalúa si realmente importan.

3 – Los sentimientos y actitudes importan más que las palabras

Muchos pueden sentirse frustrados cuando cuidan a alguien con demencia, pensando que, por mejor que lo hagas, la persona pronto se olvidará de ti. Pero el cuidar, el transmitir ese cariño, de acuerdo con los estudios, pueden generar una sensación de bienestar en la persona con demencia más allá del recuerdo específico de algo. Cuando hacemos el bien a alguien esta energía vuelve a nosotros de manera beneficiosa.

La información verbal también pierde importancia en relación a la comunicación no verbal. Lo que decimos con nuestra mirada, nuestro ejemplo, es mucho más representativo y aunque se les olvide el momento específico, la forma en que los hicimos sentir a menudo tiene un impacto duradero. Así también es la vida con las personas que no tienen demencia, que podamos vivir y ser querido por nuestras acciones.

Si has leído todo, puedes entender que por muchos que sean los desafíos que enfrentamos los cuidadores y familiares de una persona con demencia, habrá muchos momentos especiales, recordatorios de verdades que a veces perdemos con la modernidad de la vida diaria, pero que son lecciones que valen la pena grabar en nuestra memoria y ponerlas en práctica hoy mismo.

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