Sabemos que los que cuidáis a una persona o familiar con demencia y tenéis que enfrentar esta situación actual de encierro por cuenta del Covid-19 seguramente sentiréis momentos de desánimoo inseguridad y puede que se complique se coincide con algunas situaciones comunes en la demencia. Hoy hablamos de la agresividad.
Es curioso que cuando la mayoría de las personas escuchan la palabra demencia, piensan en la pérdida de memoria. Pero la demencia también puede afectar la forma en que las personas piensan, hablan, perciben cosas, sienten y se comportan. y en una situación tan excepcional como la que estamos viviendo puede que se acentúen los cambios de humor y dificultades para controlar las emociones. Por ejemplo, alguien puede ponerse inusualmente triste, asustado, enojado, fácilmente molesto o perder la confianza en sí mismo y retraerse.
Como ya comentamos aquí la agitación y la agresión se encuentran entre los síntomas más desafiantes de la demencia y requieren atención (atención médica y del equipo de rehabilitación que acompaña a esta familia). Las personas agitadas con demencia pueden lastimarse a sí mismas, a sus cuidadores u otros pacientes en entornos tales como centros de atención a largo plazo.
Para intentar disminuir estos episodios emocionales de agresividad del mayor con demencia a que cuidas es esencial mantener su rutina diaria con actividades que tengan significado para el anciano. Evita los estímulos excesivos, como mucho ruido, o demasiada luz, ambientes tranquilos, con música suave pueden favorecer a la relajación. Pero tampoco es para dejar al mayor sin moverme mucho tiempo; aunque no se pueda salir se puede estimular caminar por casa o colaborar en algunas actividades de la casa. En casos de más agitación es posible pedir autorización médica para paseos cerca de casa (en el caso de España donde el confinamiento es obligatorio).
Pero si aún siguiendo los pasos mencionados notas que durante el período de reclusión el mayor se muestra más agitado o con conductas agresivas es importante intentar:
1 – Cambiar de ambiente o sacar otro tema que le entretenga puede ser eficiente cuando se percibe que el anciano está al principio de ponerse nervioso
2 – Tener paciencia siempre. Respira y pide que la persona te siga en la respiración profunda. Escucha lo que tiene a decir intentando entender lo que le está molestando
3 – Expresar de forma tranquila una actitud cariñosa. Cuidado es amor y comprensión.
4 – Verificar el entorno. Como mencionamos antes es importante un ambiente tranquilo, sin luces fuertes o sonidos altos.
5 – Hay casos en que funciona bien presionar ligeramente la parte del cuerpo que está agitada, pidiéndole con tranquilidad que reduzca el movimiento poco a poco.
¡Cada caso es uno y no hay receta de pastel para todos! La situación que nos ha tocado vivir es excepcional y para las personas con alzheimer o demencia puede ser peor si tienen la rutina alterada. Si notas agitación repentina y sin razón aparente puede ser válido consultar un médico y pedir ayuda a un especialista para evaluar mejor la situación.
¡Fuerza que todo esto pasará!
La Matia Fundazioa ha preparado excelentes infográficos que resumen este artículo y lo disponibilizan para todos. Los pondremos en las redes @reab.esp
Para saber más sobre este tema lee nuestro artículos: «Quiero irme a casa” ¿Qué hacer cuando esta solicitud proviene de un adulto mayor con Alzheimer que ya está en casa?