Un equipo de profesionales escribió un artículo sobre los desafíos del COVID-19 en el cuidado de personas con demencia y sus cuidadores. En un artículo anterior, comentamos sobre como el aislamiento prolongado empeora la enfermedad del Alzheimer por culpa de la crisis de COVID-19.
Los síntomas neuropsiquiátricos, independientemente de la pandemia, ya afectan hasta al 80% de las personas mayores con demencia. Y se ha vuelto más recurrente ante el desafío del aislamiento y la distancia social exigida.
En esta realidad de un aumento de algunos síntomas debido a la situación mundial, se pudo constatar que los cuidadores también han visto perjudicado su bienestar al aumentar la sobrecarga, la ansiedad y la depresión. El artículo (referencia a continuación) también cita otros problemas de rutina que son desafiantes, como la dificultad de la persona mayor para comprender la necesidad de aislamiento social y procedimientos, como usar máscaras o no tener contacto con sus seres queridos. Todo este contexto incrementa la ocurrencia que conlleva cambios en el comportamiento de las personas mayores.
Además, hubo falta de estimulación cognitiva y ejercicio físico, disminución del compromiso social e interrupción de las actividades de ocio. Un cambio ocupacional gigante para los ancianos y los cuidadores.
Según el artículo, el aislamiento social probablemente afecte a las personas con demencia de manera diferente, según la gravedad de la enfermedad: en individuos leves se puede observar un aumento de sus problemas de memoria y orientación, y un mayor deterioro de los síntomas conductuales en la demencia moderada a severa.
La pandemia puso en evidencia la vulnerabilidad de las personas con demencia con un aumento del deterioro cognitivo y conductual y una disminución de su apoyo social. Apoyo que sabemos que es tan importante para cuidar.
Es importante esta comprensión y apreciación del impacto actual y potencial de la pandemia y la necesidad de aislamiento social para que se pueda desarrollar estrategias para evaluar el funcionamiento cognitivo y conductual real de las personas con demencia, así como la salud de sus cuidadores para mejorar su cuidado.
Como comentamos siempre, hay que buscar alternativas para acompañar: llamadas, tele atendimiento, visitas con más protección, el acompañamiento virtual y otras posibilidades como formas de que sigamos haciendo un seguimiento de las personas con demencia y sus cuidadores mientras todo esto no se normaliza.
Fuente: COVID-19: challenges for dementia care and research. Dement. neuropsychol. [link]. 2020