La mayoría de nosotros, a medida que envejecemos, experimentamos una pérdida de memoria «normal», esos «momentos blancos» molestos. Los expertos dicen que olvidarse de una contraseña no es motivo de preocupación, pero olvidarse para qué se usan las teclas del teléfono puede serlo. Con las demencias las alteraciones del cerebro tienen efectos físicos importantes que van reduciendo gradualmente las capacidades de las personas afectadas, hasta que llega un momento en que los fallos de memoria y los olvidos pasan a ser mucho más complejos, como por ejemplo, olvidarse de su propia hija o marido.
Sabemos que el proceso de la enfermedad suele seguir una ruta y los fallos en la memoria pasan por alguna etapas: Primero se pierde el pasado reciente, o sea el recuerdo de los hechos de hace poco tiempo y personas que acabas de conocer; Luego empezará a fallar el recuerdo del pasado más antiguo, en esta etapa es posible que se olvide su familia actual (hijos, cónyuge) y al final lo último que se suele perder son los recuerdos del pasado como por ejemplo el recuerdo de los padres.
La incapacidad de reconocer personas se denomina «agnosia» y aunque no sea un trastorno peligroso en las demencias o enfermedad de Alzheimer, suele ser uno de los que más daño hace a las personas que cuidan. Para una esposa o un hijo es muy difícil aceptar y ver que su familiar ya no le reconoce. Se genera muchos sentimientos contradictorios como pena, rabia, tristeza, enfado, desánimo.
Como siempre estar bien informado puede ayudarte a lidiar con una situación como esta. Hay que entender que la incapacidad para reconocer a personas es parte de la enfermedad. Infelizmente puede generar muchos trastornos psicológicos y alteraciones de conducta. Por esto es mejor prepararse para actuar de forma a la tranquilizar la persona con demencia y no sentirnos vulnerables.
Cuando tu familiar no te reconoce o te confunde con otra persona hay que tener claro que:
– No te quiere ofender
– No tiene relación con no sentirse agradecido o cuidado
– No es intencional para molestarte
Partiendo del principio que esta reacción hace parte y es un efecto propio de la enfermedad de Alzheimer, todo se hará más comprensible.
Aquí te dejamos cuatro consejos que pueden servir tanto para evitar que seas confundido a menudo, como para saber como actuar cuando la situación ocurra:
- – Evita discutir con tu familiar, no le contradiga, ni le reproche sus fallos de reconocimiento.
- – Comprueba que el problema está realmente relacionado con el deterioro mental y no con otras debilidades. Por ejemplo:
¿Cuánto hace que a él no se revisa la visión y graduación de las gafas? ¿Será que está escuchando bien? ¿El ambiente está bien iluminado para facilitar la identificación y reconocimiento de las personas? - – Es importante seguir haciendo actividades de estimulación que le recuerde quién eres tú, y quién es él. Puede ser una simple conversación o actividades con fotografías por ejemplo, como esta aquí.
- – Intenta repetirle a diario datos concretos, enseñarle fotos reciente de los familiares con sus nombres, algo que también puede ser hecho de forma lúdica, como una conversación o por ejemplo con actividades como la del árbol genealógico.
Pero cuidado para no saturarle con demasiada información. Respete su tiempo. Y si él no demuestra interés o comienza a intranquilizarse, pase a otra actividad más entretenida y pruebe en otro momento.