Este jueves, como cada 29 de abril, se celebra el Día Internacional de la Danza, e invitamos a cada uno a moverse para disfrutar de los beneficios que tiene este arte ¿Pero por qué bailamos?
¡Bailar está de moda y las coreografías están en alta! Si acompañas la fiebre de las Redes Sociales, como Tiktok e Instagram con Reels, cada vez vemos más personas de todas las edades bailando. Puedes pensar que están todos locos, pero la verdad es que lo que están haciendo, puede que sin saberlo, es mejorar su calidad de vida y te contamos el porqué.
Muchos pueden pensar que bailar es una de esas cosas que en general solo se realizan con el fin de divertirse y pasarlo bien. Pero no es cierto. Está comprobado científicamente que bailar tiene muchos beneficios para la salud y lo mejor es que ¡además es gratis! No hace falta invertir dinero, tampoco hace falta que tengas compañía, puedes bailar solo o acompañado, así que ¡pon la música y empieza a moverte y disfrutar!
Toda práctica de actividad física siempre está considerada como una de las estrategias más efectivas en la promoción de la salud y prevención del deterioro del cuerpo y de la mente. En el caso del baile, además de ayudar al buen funcionamiento del organismo permite que soltemos el estrés y las preocupaciones. Y es particularmente beneficioso para personas mayores por ser una manera de eliminar el sedentarismo o inactividad física que suele acompañar el envejecimiento.
De acuerdo con un estudio publicado en Journal of Aging and Physical Activity el baile es un modo de actividad física que puede permitir a los adultos mayores mejorar su función física, salud y bienestar. Pero además de mejorar significativamente su potencia aeróbica, el equilibrio, la agilidad y la marcha puede incrementar el contenido mineral óseo y la potencia muscular de la parte inferior del cuerpo de los adultos mayores. Esto significa que pueden ayudar a reducir la prevalencia de caídas y los riesgos para la salud cardiovascular. Sin embargo, se necesitan más investigaciones para determinar la eficacia de las diferentes formas de danza, la efectividad relativa de estas formas de danza en comparación con otros modos de ejercicio y la mejor manera de involucrar a los adultos mayores en la participación en la danza.
Pero además de las ventajas para nuestro físico la danza es positiva también para las cuestiones mentales y emocionales vinculadas a esta práctica y lo que la rodea.
Es una especie de antidepresivo natural, ya que de una manera general mejora el ánimo y el humor y carece de efectos secundarios y contraindicaciones (salvo la de no excederse en el esfuerzo físico, lo cual podría derivar en alguna lesión). Según la condición física de la persona que vaya a bailar puede acceder a unos tipos de baile u otros. Pero teniendo en cuenta que los movimientos de los mayores son más limitados, es recomendable que se decanten por bailes más sencillos como la salsa, el mambo o el pasodoble. Una vez vaya cogiendo confianza y dominando ciertos ejercicios, es momento para lanzarse a clases de baile más complicadas como el tango o el chachachá.
Una otra opción que viene ganando espacio es la «danza sénior», una adaptación de los bailes tradicionales, mientras se trabaja la psicomotricidad atendiendo necesidades específicas de ancianos y tomando en cuenta sus limitaciones. Pero toda forma de bailar puede ser adecuada, teniendo en cuenta las propias preferencias y limitaciones. Lo más importante es escuchar al cuerpo y detenerse si se siente algún dolor o cansancio.
Así que la receta de hoy es: A bailar aunque sea en la silla, aunque sea con pequeños pasos, lo que vale son las ganas. ¡Seguro que tu calidad de vida te lo agradecerá!
Te dejamos con esta inspiración de los tiempos antes de la pandemia… Algún día volveremos a este nivel de alegría!