Prepararse para vivir una vejez saludable y feliz es una tarea que debe empezarse pronto. No hay que esperar que los signos del envejecimiento empiecen a molestar para tomar algunas decisiones. Es importante estudiar y planear cómo queremos envejecer, des de los hábitos que nos acompañarán, las actividades, nuestro círculo social, y dónde deseamos vivir.
Muchas personas que están a punto de jubilarse planean seguir viviendo en sus casas hasta cuando puedan, como vimos aquí. Esto es un hecho. Pero hay situaciones que nos hacen plantear las posibilidades de vivir en un centro para personas mayores, como una residencia. Sea por necesidades financieras, por gestión de problemas de salud, por falta de familiares que nos puedan cuidar o por opción de vida.
Si este es tu caso o de un familiar cercano, hay un paso a paso a seguir en la búsqueda activa para encontrar la residencia más adecuada, de modo a facilitar para que este cambio de hogar se haga de la mejor manera posible y tenga éxito. Obtener la información correcta, contrastarla con testimonios y seguir unas pautas personales en esta elección puede garantizar que la residencia escogida se adapte a lo que deseas. Hay que comprender que no todos los centros geriátricos son iguales, pueden contar con una base en común, pero existirá servicios diferentes que están orientados a varios perfiles de personas.
El tema se parece mucho a cuando se va a buscar una guardería para un hijo (y no estamos infantilizando la cuestión). En esta búsqueda hay factores que influyen más que otros: el coste, la localización y los servicios ofrecidos son seguramente los que prevalecen.
Separamos ocho consejos importantes a tener en cuenta a la hora de elegir la residencia de mayores más adecuada a tus necesidades. ¿Vamos a ellos?
1 – Condiciones de Salud del mayor
Seguramente este es uno de los principales factores a tener en cuenta. Si el adulto mayor no sufre ningún deterioro más grave, seguramente se sentirá más cómodo en una residencia dirigida a personas que tienen poca o ninguna dependencia y que aún cuentan con autonomía propia. Si por el contrario el anciano ya tiene algún cuadro de enfermedad degenerativa como el Alzheimer, o un problema de movilidad y deterioro más serio, lo mejor sería ir directamente a una residencia asistida. Estas son orientadas a los ancianos que requieren atención especializada debido a que tienen un grado de dependencia alto. Pero las más habituales son las residencias mixtas, que ofrecen servicio de asistencia, tanto para personas válidas, como dependientes y los profesionales asisten de manera especializada cada caso. Esto porque si estamos buscando un sitio para vivir durante los años futuros es posible que desarrollemos alguna patología y si estamos en un centro mixto no hará falta cambiarse.
2 – Ubicación y accesibilidad
El entorno y dónde estará el centro puede ser muy importante para la adaptación de la persona mayor. Si la persona siempre ha vivido en Madrid no sería adecuado cambiarla a Barcelona, por ejemplo. Es recomendable que el centro esté cerca del entorno habitual de la persona mayor, principalmente si es donde viven sus hijos o familiares y amigos. Que tenga fácil acceso para permitir las visitas o salidas también es un punto a favor.
Al ingresar en una residencia muchas personas mayores se sienten desubicadas o aisladas. Suele ser un gran cambio en la vida y proporcionar cercanía y momentos agradables con la visita de amigos y familiares puede colaborar tanto para la adaptación como para su salud mental.
3 – Instalaciones
Debemos tener en mente preservar la autonomía la mayor parte del tiempo. Para esto es importante verificar las instalaciones del centro. La movilidad y la seguridad son puntos claves. ¿Qué puedes verificar si hay?
- Amplitud de los espacios
- Pasillos con barandillas
- Correcta iluminación (especialmente con luces que se encienden con sensor de presencia)
- Pendientes con correcta inclinación
- Ascensor y número de escalones
- Baños adaptados
- Cocina propia
- Ventilación / calefacción de la habitación
- Espacios para actividades en grupo: sea gimnasios, salón para fisioterapia o terapias en grupo, sala de música, jardines, huerto, capilla
- zonas acondicionadas para las visitas de familiares
Lo más importante es que lo que se ofrezca sea representativo para la persona mayor. Si no es una persona religiosa, no le importará que no hay una espacio dedicado a la oración. Si le gusta leer, le gustará saber que haya una biblioteca o sala de lectura. Si siempre le gustó cocinar o debe mantener una dieta especifica por cuenta de la salud, será muy valorado que haya una cocina propia en la residencia.
Los espacios exteriores se agradecen, principalmente si la persona siempre ha vivido en casa y no en piso.
Las habitaciones son espacios donde tendrán un mínimo de privacidad, siendo de primordial importancia que se sientan en casa y cómodos allí. Además de las condiciones físicas del espacio (tamaño, disposición, ventilación, iluminación) es importante verificar si está permitido tener mobiliario propio o enseres propios, butacas para recibir a los familiares, si puede estar solo o debe compartir la habitación con otra persona.
4 – Servicios Ofrecidos
Además de las instalaciones hay que verificar y valorar los servicios que dispone el centro. Qué profesionales trabajan allí, que actividades desarrollan y verificar la calidad de los mismos hará que la decisión sean más acertada. Los servicios ofrecidos en una residencia de una manera general son: los sanitarios, los sociales y los asistenciales.
- Servicios sanitarios: son los servicios estrictamente sanitarios como los médicos, los de enfermería y de auxiliar de enfermería. No siempre son 24 horas y esto es una dato importante a tener en cuenta. También debes preguntar sobre la periodicidad de estos servicios, de cuantos profesionales dispone el centro en plantilla y como funciona el protocolo en caso de necesidad de traslado a hospital o centro médico.
- Servicios asistenciales: son los servicios como fisioterapia, terapia ocupacional, psicología, neurología, logopedia u otro tipo de servicios, como puede ser la podología, asistencia dental, auditiva o peluquería. Hay parte de estos que son de pago, de modo que hay que entender bien qué servicios están incluidos en la mensualidad y cuáles no, ya que ayudará a decidirse por una residencia u otra.
Es muy positivo cuando la residencia dispone de trabajador social, ya que éste puede ayudar a tramitar la ayuda a la dependencia o a solicitar el cheque servicio.
Si el centro cuenta con las ayudas técnicas: sillas de ruedas, grúas, bastones, también es un plus, caso el adulto no disponga de material propio, es importante que se pueda disponer del material del centro. - Actividades sociales: Mantener actividades de carácter social es muy importante para la salud mental de todos. Hay centros que disponen de animadores socioculturales, otros programan actividades para involucrar los residentes y sus familias. La mayoría de ellas busca además estimular las capacidades cognitivas y psicosociales de los mayores. Paseos, excursiones, celebración de fiestas como cumpleaños y fechas importantes, son algunas de las actividades que puedes encontrar en estos centros.
5 – Visitas y horarios
La mayoría de los centros cuentan con un horario de visitas un poco estricto. Esto porque sabemos como es importante mantener la rutina de las personas mayores ya que ayuda a preservar un estado de salud estable. La situación ideal sería que pudiéramos visitar según nuestra disponibilidad y que el centro estuviera abierto a visitas las 24 horas, pero esto no suele ser posible.
Elegir un centro que tenga cierta flexibilidad con el horario de las visitas es ideal, y también saber el horario interno del propio centro, así como de las actividades programadas es muy importante para no interrumpir la autonomía de los mayores.
6 – Relación calidad – precio
Llegamos a una de las cuestiones que más pueden influenciar en la decisión de que centro es más adecuado. En España existe una lista de precios oficial y autorizada de las residencias privadas, pero aún así siempre se puede negociar el precio. Porque todo dependerá de los servicios ofrecidos, tipo de habitación elegida etc. Recuerda pedir siempre un presupuesto cerrado para todos los servicios que desees incluir: los servicios básicos de asistencia siempre deben estar incluidos, pero hay otro tipo de servicios como puede ser la peluquería, podología u odontología que suelen cobrarse a parte. Además, puede haber servicios puntuales como sesiones especializadas de fisioterapia o neurología que pueden tener un incremento del precio final.
Si la persona mayor no tiene ahorros o una buena pensión, también se puede solicitar ayudas públicas que pueden ayudar a pagar la cuantía o también se puede buscar financiación privada para costear el centro.
7 – Contrato
Aunque parezca obvio, antes de cerrar un contrato con una residencia es fundamental leerlo con tiempo y mucha atención y detenimiento. En este debe manifestar que la residencia asume la guardia, la custodia y la salud del residente. Además de asegurarte de que todo está en función de lo que has solicitado, busca información segura sobre la Licencia de actividad y de apertura de la residencia, y otras como la Autorización de funcionamiento e inclusión en el Registro de Centros y Servicios Sociales de cada comunidad autónoma, la Autorización de Sanidad para un servicio de elaboración de alimentos y comedores colectivos y la Autorización del departamento de salud de cada Comunidad Autónoma.
8 – Opinión del mayor
Aunque aparezca al final de esta lista no es menos importante que los otros consejos el de contar con la opinión del mayor que va a ser ingresado en la residencia. Sabemos que pueden haber muchos factores determinantes pero debe ser fundamental que el anciano se sienta parte del proceso de elección ya que será él quién residirá en el centro. Conocer bien es estilo de vida de la persona mayor, qué necesidades tiene, que gustos y preferencias, será otro punto a favor para decidir el mejor centro para vivir.
Una vez considerado todos los puntos, hay que visitar el centro antes de tomar ninguna decisión, seguramente más de una vez.
Conocer las instalaciones, al personal y preguntar directamente las dudas. Todo esto evitará problemas futuros. Lo mejor es tomar esta decisión con tiempo ya que decidirás sobre el futuro del hogar de un ser querido.
Esperamos que estas pautas te sirvan para encontrar la mejor residencia para mayores cuando lo necesites. Si quieres saber algo más, deja tu pregunta.
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¡Estamos completamente de acuerdo con lo comentado en el post!
Nosotros creemos que la mejor manera de elegir una residencia de mayores es apostar por un centro que tenga unos servicios centrados en la persona y se amolde a nuestro presupuesto. Eso sí, sin perder de vista la opinión de nuestros familiares.