Sin sombra de duda, la cocina es extremadamente rica desde un punto de vista cognitivo. Pensando en esta riqueza incuestionable, propondremos la siguiente actividad:
Separe algunos objetos de cocina (que no representen un riesgo para la seguridad del cliente), póngalos en un recipiente, puede ser una cesta, como se muestra en la imagen, e intente explorar:
- Nombrar objetos (no solo nombrar, sino también trabajar con letras, sílabas …)
- Relaciones de funciones (¿Cuál es la función principal de cada cosa? ¿Qué otras funciones podría tener?)
- Qué alimentos están relacionados con los objetos en la cesta (aquí puede simplemente mirar desde su imaginación o mostrar imágenes de estos objetos para hacer el par)
- ¿En qué comidas aparecen más los objetos (desayuno, comida, merienda, postre, cena)?
- ¿Cuáles son los sonidos relacionados con el uso de estos objetos en la cocina?
- Pídale que muestre los movimientos relacionados con el uso de estos objetos.
- Lugares dónde debemos guardarlos
Estas son algunas posibilidades de usar esta función. El logro de objetivos cognitivos y / o motores requiere un uso basado en la evaluación del cliente y los objetivos de la terapia. ¡No os olvidéis!
Ah, para aquellos a quienes les ha gustado la idea de trabajar con la cesta de objetos, también encontramos la opción dónde el objetivo era hacer que el paciente concluyera cuál era la característica de cada una de las cestas, es decir, los grupos.
Algo así:
- Cesta de objetos de madera.
- Cesta de Objetos blandos.
- Cesta con objetos redondos o anulares.
- Cesta de objetos sonoros.
- Cesta de objetos en blanco y negro.
A partir de esta actividad, puedes imaginar muchas otras, ¿no te parece? Usa tus cesta y da rienda suelta a tu imaginación.