No siempre se entiende la importancia de Las ocupaciones de la vida diaria y la rutina. Es verdad que la segunda tiene fama de ser aburrida, monótona y negativa; pero está más que comprobado que puede ser beneficiosa en muchos sentidos.
En el caso de los mayores con demencia organizar una rutina puede ser esencial. Como ya comentamos si eres un cuidador (familiar o profesional) es importante saber que la regla número 1 para que tengas éxito en esta función es organizar las actividades básicas de la vida diaria de forma rutinaria.
Para esto nos apoyaremos en la experiencia de la Fundación alzheimer España (Alzfae) que nos propone 5 reglas / consejos para que los cuidadores tengan éxito al mantener las actividades de la vida diaria con una persona con alzheimer:
1 – Usa la rutina para organizar las actividades de la vida diaria
Es a lo largo de los días, semanas, meses y entornos donde existe la oportunidad de recibir estímulos, responder a ellos y desarrollar o mantener capacidades. Pero también es a lo largo de nuestra vida que desarrollamos una manera / hora de realizar determinadas actividades (sea por gustos o por costumbres).
Por ejemplo: Comer a la misma hora y en el mismo lugar; ducharse de acuerdo con la rutina de cada uno, unos prefieren por la mañana, otros antes de acostarse y aún hay aquellos que tienen el hábito de hacerlo a media mañana antes de la comida. Debemos respetar y mantener estas rutinas
Parte del éxito como cuidador puede ser el de lograr seguir la rutina: hacer las mismas cosas, en el mismo orden, en el mismo sitio y a la misma hora.
2 – La actividad debe ser hecha por la persona con Alzheimer (con tu ayuda si la necesita)
No hay que confundir el papel de cuidador. El no debe hacer la actividad por el paciente. Cuanto más tiempo mantengamos la autonomía de la persona con demencia mejor será su calidad de vida. Es normal que al ver las personas perdiendo facultades que uno se quiera hacer cargo de la tarea, por dos razones principales, tiempo y calidad. Es un error.
Como cuidador es muy importante priorizar mantener la capacidad funcional para no generar dependencia por adelantado. Se puede y se debe participar en las actividades de la vida diaria pero no sustituir a la persona (a menos que sea extremadamente necesario).
3 – Para ellos no hay prisa: Dales tiempo para ejecutar las actividades
Aquí hay un factor muy importante: cuando envejecemos es normal que tengamos otro ritmo para hacer las cosas. No tendremos las mismas habilidades y velocidad de la juventud, pero no pasa nada. Hay que entender que tanto las personas mayores como las personas con demencia necesitan su tiempo y en el caso de las segundas, más tiempo debido a la pérdida progresiva de facultades.
“Una persona que sufre la enfermedad de Alzheimer necesita 4 ó 5 veces más tiempo que una persona normal de la misma edad, para realizar una tarea.”
O sea no intente darle prisa. Esto puede generar aún más frustración. Es importante también no solicitar más de una actividad a la vez, no le atiborre con preguntas, o pide dos cosas al mismo tiempo. Además de frustración puede generar sentimientos de cólera, gritos y actitudes violentas que nada más son su manera de expresarse ante algo que no puede controlar. Así que respira y deja que respire, poco a poco y sin prisas.
4 – Mantén la calma
Es bastante usual que el cuidador se sienta irritado, nervioso por la conducta de su familiar con alzhéimer. Es que muchas veces puede parecer que se comporta de determinada manera para fastidiar, para provocar o enojar a quien le cuida. Pero en realidad no es así.
Su conducta no responde ya a una lógica y tiene olvidada muchas de las reglas sociales.
Pero algo es cierto, lo nota todo. El aún puede sentir tu mirada, tu rabia o tu cólera y esto puede desencadenar una reacción en espejo. Si tu te enfadas y le gritas puede que pase lo mismo y que él se quede aún más agitado y agresivo.
No sirve de nada incrementar este estrés, así que evítalos si puedes.
Habrá días en todo parecerá que va al revés, la persona con alzhéimer rechazará la comida, no va a querer ducharse o se quitará la ropa cuando no debe y todo lo que podrás hacer es tener muchísima calma para tranquilizarlo.
5 – Es necesario cuidarse para cuidar
Aunque esta sea una tecla que siempre “apretamos” aquí en Reab nunca es demasiado recordar la importancia de cuidar-se cuando se cuida.
Cuidar a una persona con deterioro cognitivo no es fácil, pero si esta persona es un familiar con alzhéimer, puede que el cuidador soporte una carga que parecerá más allá de sus fuerzas; Sentimientos como frustración, impaciencia, fatiga puede presentarse cuando menos se espera y hay que estar atentos para que todo esto no conlleve a depresión. Aún con todo todo el amor que puedas sentir por tu familiar.
Recuerda que: “Un empleado trabaja 40 horas semanales. La persona que cuida a un enfermo de EA trabaja 72 horas a la semana.” ¿Cuánto crees que puede resistir un cuidador si no se concediera plazos para descansar, para dormir o, simplemente para tener un respiro?”
Hay muchas maneras de organizarse para disponer de este tiempo sin peso en la consciencia. Puedes leer más aquí: Alzheimer: ¿Quién cuida al Cuidador?
Recuerda que, si el cuidador está bien, con salud y ánimos transmitirá todo este sentimiento para quien está siendo cuidado, y ¡esto es lo que queremos!
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