Alzheimer: ¿Quién cuida al Cuidador?

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¿Quién cuida al Cuidador? Esta pregunta nos llega muchas veces por vosotros, nuestros lectores. El Alzheimer es como un gas que ocupa cada rincón, no solamente de la persona que tiene la enfermedad sino de cada uno que convive y acompaña el avance de ésta. Sobre todo el cuidador. Y si el cuidador es un hijo, hija o marido, esposa, esta misión se carga de otras responsabilidades.

Como hijos tomaremos esta misión como nuestra “obligación” algo como cuidar a quien nos cuidó durante tanto tiempo, y puede que no contemplemos todo el panorama que tendremos por delante.
¿Ya habéis leído el libro: “ Cuando el día tiene 36 horas” una guía antigua con más de 20 años pero que nos trae grandes verdades sobre esta misión. ¿36 horas? Puede parecer un absurdo, pero es como parecerá que son los días. Pero esto no es para desanimar a nadie, la verdad, queremos recordarlos que como cuidador hay que prepararse en todos los sentidos, saber donde encontrar ayuda y más aún buscarla cuando sea necesario.

Cuidar a una persona con deterioro cognitivo no es fácil, pero si esta persona es un familiar con alzheimer, puede que el cuidador soporte una carga que parecerá más allá de sus fuerzas; Sentimientos como frustración, impaciencia, fatiga puede presentarse cuando menos se espera y hay que estar atentos para que todo esto no conlleve a depresión.

Esto no está relacionado a falta de amor por el ser querido. No toda persona está preparada para hacerse cuidador a tiempo completo. Cada persona actuará en la situación conforme su personalidad, su vida, su historia con el mayor con Alzheimer – no es lo mismo cuidar a alguien con quien siempre te has llevado bien que estar cuidando a una persona con quien nunca has congeniado. Pero la vida nos enseña que las prioridades cambian.

Si eres un cuidador debes estar atento y tener en cuenta estos puntos:

1 – Saber que tu cuerpo y mente son uno, unidos pueden ser fuertes pero uno no funciona bien sin el otro. Pon tus necesidades físicas primero. Si te enfermaras no podrás seguir cuidando, o peor tendrás que seguir arrastrándote en esta situación. Para esto haz todo lo posible para reducir la fatiga y descansar en cualquier momento que puedas (si ya has tenido bebés sabes un poco la situación aquella de aprovechar mientras el bebe duerme para dormir un poco también o estirar las piernas) algo así. No descuidar la alimentación, no abusar del alcohol y mantener una rutina de visitas médicas es primordial. No tomes todo tan en serio. No hace falta que la casa esté tan limpia como antes, que hagas reparaciones que solías hacer, adáptate a la situación y al tiempo que tienes. Reír de las situaciones también puede ser un excelente remedio para el estrés.

2 – Evitar aislarte de la vida que tenías antes de ser cuidador. Este puede que sea uno de los puntos más difíciles de equilibrar. Recuerdo que la madre de una amiga cuando tuvo que cuidar a su padre con Alzheimer pasaba 3 meses seguidos sin ir al súper o visitar a sus nietos porque no podía dejar a su padre solo. Aislarse es una tendencia porque las otras personas siguen con su vida normal, pero la tuya ha cambiado. Pero debes saber que el aislamiento aumenta el estrés (ahora lo sabemos aún más después de vivir un confinamiento).

Reunirse con un amigo, o familiar diferente puede proporcionarte momento para desahogarse, reírte un poco y relajar.

3 – Pide ayuda y busca los recursos de tu comunidad. Aquí es esencial saber que en algún momento necesitarás el auxilio de otra persona – sea un cuidador formal que te sustituya unos días, sea otro familiar. También puedes hacer lista de tareas pendientes y pedir que otros colaboren, puedes recurrir a la comunidad. Los familiares de personas con Alzheimer viven realidades muy parecidas. Hay muchos grupos de apoyo que te pueden ayudar. Hay centros de día y actividades, hay Ongs y fundaciones dedicadas a los mayores con Alzheimer. Sobre esto hablaremos en otra publicación para intentar ayudarte aún más!

Para minimizar el desgaste vale la pena recordar que primero es esencial cuidarse para cuidar al otro. ¡Así que practica el autocuidado y sigue!

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