Si cuidas a una persona mayor ya debes haber notado que no siempre es fácil conseguir realizar las actividades propuestas. Seguramente muchas veces te has decepcionado y te has sentido frustrado por no lograr la realización de algo que tenías planeado. Pero aquí hay un punto muy importante que te puede ayudar en muchas ocasiones: saber desarrollar una conversación con el anciano para conocerlo mejor.
Puedes partir primero de la observación pasiva antes de actuar, principalmente si trabajas con muchas personas mayores. Observa y apunta:
1- La forma como la persona mayor piensa y habla: Es importante tener una hoja de evaluación individual para cada persona mayor con sus pasatiempos, ideas, educación escolar, experiencias importantes y preferencias personales de actividades. Puedes pedir ayuda a un familiar para lograr conseguir más detalles sobre ese miembro de la familia y el momento en que lo está experimentando. Las personas mayores tienen sus conceptos, experiencias y emociones para exponer sus sentidos y conocimientos, cuando están bien estimulados. Cuanto más rica sea la experiencia personal de la persona mayor, cuanto más material se considere para su imaginación, más conocimiento estará disponible y más información tendrás para personalizar las actividades.
2 – Planifica buenas situaciones para conversar (esto te puede ayudar a conocerlo mejor): Puedes empezar una charla usando textos, historias, imágenes, música, etc. que ya entiendas como de interés del anciano (por cuenta de la hoja de personalización). No es sólo enseñar fotos de culinaria y esperar que la persona empiece a contar sus recetas… Piensa en las posibilidades de conversaciones que ofrece el material. Puede que tengas que empezar primero, dando ideas. Respetar siempre el tiempo de «concentración» de los ancianos. Se debe tener en cuenta el rango de edad y los límites. Los ancianos de la cuarta edad o con algún tipo de falta de memoria se dispersan más fácilmente.
3-Valora las conversaciones espontáneas de los ancianos, principalmente si están con otros colegas. Si empiezan a hablar sobre algún tema, escucha lo que ellos piensan libremente, especialmente mientras realizan sus actividades y refrigerios (por ejemplo, durante la pausa para el café). Esto te ayudará a saber lo que les gusta, sueñan, sus dificultades, deseos, valores, etc.
4– Y lo más importante: No impongas tus valores como correctos. Participa como un miembro más de la conversación. No concluye la idea en el lugar de ellos. Respeta la posibilidad y la necesidad de que cada uno concluya por sí mismo y a su manera. Los ancianos son personas experimentadas y debemos estimular y valorar sus capacidades.
Es verdad que no siempre la comunicación con el mayor que tiene algún tipo de demencia es fácil, si este es el caso, recuerda: Hablar claro, despacio y con Tono de voz suave elaborando mensajes concretos, usando frases cortas, sencillas, directas y con temas cerrados de manera que sea más fácil asimilar la información y así lograr respuestas.
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Colaboración: Cristiane Mayworm | Ana Neri Day Terapeuta de Arte para Ancianos