No es novedad que el patrón de sueño de los seres humanos sufre cambios a lo largo de la vida. A medida que nos hacemos mayores tendemos a tener un sueño más ligero y por períodos más cortos que a menudo presentan ‘avances de fase’ – dormimos muy temprano y por lo tanto, despertamos demasiado temprano. ¿Pero qué podemos hacer a respeto para que las personas mayores duerman mejor?
Cuando hablamos con personas mayores nos enteramos de que entre sus principales quejas relacionadas con la calidad del sueño tenemos:
Sueño nocturno más corto, despertarse demasiado temprano por la mañana, dificultad para comenzar y / o mantener el sueño, somnolencia diurna, aumento de las siestas.
Otras veces, debido a cambios anatómicos en el tracto respiratorio superior, los ancianos pueden experimentar episodios de apnea (breves paradas respiratorias durante el sueño), que pueden conducir a importantes deterioros cognitivos y somnolencia diurna, por mencionar algunas de las consecuencias.
Otro trastorno del sueño común de los ancianos es la presencia de ronquidos, que pueden provocar frecuentes ‘descansos’ en el sueño, impidiendo que cumpla su función reparadora.
Para el cuidador, estos cambios en el patrón de sueño del anciano tienen un impacto directo e inmediato en la calidad de su tiempo despierto. Al tener que interrumpir su sueño nocturno para atender las demandas de los ancianos, el cuidador suele crear una ‘deuda de sueño’ que será cobrada a corto o medio plazo por su organismo; ya sea por cambios en las tasas metabólicas, o por una disminución en la capacidad para resolver problemas cotidianos, por déficits atencionales, de memoria o por la aparición de problemas mentales, entre otros. En cualquier caso, es imposible adaptarse a dormir menos de lo necesario sin que cause algún daño, que puede volverse permanente si no se hace nada para cambiar esta realidad.
Debemos tener en cuenta estrategias no farmacológicas para gestionar la calidad del sueño del anciano (e indirectamente, también del cuidador). Aunque necesitan más tiempo para implementarse y lograr el efecto deseado, desde el punto de vista de la salud son las más recomendadas.
Estrategias no farmacológicas para gestionar la calidad del sueño:
– Los ejercicios miofasciales,
– Los dispositivos intraorales
– El uso de CPAP (dispositivo de presión positiva en las vías respiratorias) pueden mejorar la calidad del patrón respiratorio y consecuentemente la calidad del sueño.
– La estructuración de la rutina para promover la participación en ocupaciones significativas,
– La inclusión de actividades físicas
– La preparación adecuada del entorno
Si deseamos mejorar la participación de las personas mayores en su rutina es importante establecer «marcadores de tiempo» que son actividades básicas (baño, alimentación, descanso y exposición al sol) con tiempos fijos que les ayudará a construir una organización temporal interna. Cuando están con una rutina organizada, las personas mayores, se muestran más dispuestas en participar en otras actividades en sus ocupaciones que al final le proporcionarán más bien estar y calidad del sueño.
De una manera general hay pequeños trucos y consejos que se puede aplicar para lograr una mejor calidad del sueño de la persona mayor:
- Evitar el consumo de alimentos y líquidos dos horas antes de que la persona mayor se acueste;
- Preparar con la habitación (iluminación, limpieza, temperatura adecuada y silencio);
- Observar las almohadas, colchón (tiempo de uso), sábanas limpias, polvo u olor fuerte en el ambiente.
- Evitar hablar de temas estresantes en su presencia antes de dormir;
- Realizar la higiene bucal;
- Posicionar bien al anciano y, en casos de acumulación de saliva y / o tos durante la noche, mantener el decúbito elevado y lateralizado;
- Usar música puede ayudarlo a relajarse (si les gusta la música). Es importante mantener la misma música para acondicionar el cerebro para la hora de dormir;
- Encontrar una posición cómoda para los ancianos que les ayude a mantener pensamientos positivos;
- Invitar a los ancianos a cerrar los ojos y a formar imágenes mentales de lugares de relajación utilizando todos los sentidos para percibir los olores, sonidos, texturas y permítete embarcarte en ese viaje mental. Estas
excursiones mentales pueden conducirle a la relajación; - Ayudar a los ancianos a utilizar técnicas de respiración: comienza con la observación de los movimientos respiratorios y observar la relajación de partes del cuerpo.
En cualquier caso, cuando detectamos los cambios en el sueño de los ancianos, es importante buscar la ayuda de profesionales calificados para evaluar y monitorear al anciano y al cuidador Y no olvidemos que un terapeuta ocupacional puede ayudar en toda la organización de la rutina y ocupaciones.
Autoría: Ana Luiza Rodrigues da Costa Terapeuta ocupacional socia y directora clínica de REATO – Rehabilitación en Terapia Ocupacional. Instagram: @reato.to
También te puede gustar:
Alzheimer: Cómo dormir bien (aunque seas el cuidador)