¡Es imprescindible hablar siempre sobre cómo podemos hacer que sea más fácil y mejor la vida de una persona con demencia!
Al sumergirnos en artículos que pretenden hablar de la evidencia y la validez de las intervenciones para facilitar el funcionamiento en el hogar, encontramos:
1. Programas de ejercicio y actividades personalizadas. Aquí hay que dejar claro que es necesario comprender quién es la persona con demencia, su historial previo a la enfermedad y también el perfil funcional actual (lo que él o ella puede hacer en este momento de la enfermedad); Saber quién es la persona mayor ayuda a encontrar los ejercicios, actividades e incluso los argumentos para alentar la participación. Importante: hablar con el equipo que atiende al mayor es esencial, por mucho que el cuidador conozca a éste, hay detalles técnicos que pueden ser decisivos incluso para su seguridad en la realización de las actividades.
(¡Inspírate! Lee sobre actividades para personas con Alzheimer y otras discapacidades cognitivas aquí en Reab).
2. Rehabilitación cognitiva. Lo principal a tener en cuenta de esta recomendación es que existen estrategias de rehabilitación específicas que pueden «compensar» las pérdidas cognitivas de los ancianos con demencia y hacer que participen en la enfermedad o parte de ella; es decir, las tareas, la forma de llevarlas a cabo, pueden adaptarse al nivel de la enfermedad en la que se encuentra hoy. Recordando que el profesional de Terapia Ocupacional puede y debe hacer un análisis de cada ocupación y proponer una «solución» frente a esta realidad.
3. Adaptaciones ambientales. Las adaptaciones del entorno pueden ser en todos los «niveles», no se «resume» al acceso físico, arquitectónico de la casa de ancianos, pero hay modificaciones que consideran otras variables, como la posición de los muebles, la presencia de objetos e incluso señales visuales que pueden ayudar. Aquí, una vez más, es necesario ir más allá de las búsquedas en Internet, se necesita soporte profesional que guíe la personalización de estas modificaciones.
Si aún no has leído la materia: “Quiero irme a casa” ¿Qué hacer cuando esta solicitud proviene de un adulto mayor con Alzheimer que ya está en casa? ¡Léela, vale la pena!
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