Un nuevo estudio financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (National Institute on Aging) y publicado en la Revista Neurology, confirmó de cierto modo lo que ya nos decían otros estudios: ¡los trastornos relacionados con el estrés están relacionados con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer!
Pero no todo son malas noticias, también comprobaron mediante pruebas a distintos grupos de personas sobre los beneficios reales de adoptar las cinco medidas para un estilo de vida saludable y como estas interfieren en el desarrollo del Alzheimer.
De acuerdo con los investigadores, los participantes del estudio sin factores de estilo de vida saludables (o solo con uno) tenían un 37 por ciento menos de probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que los que tenían dos o tres de estos comportamientos. Ya cuando hablamos de adoptar cuatro de cinco de estas medidas el porcentaje mejoraba aún más: 60 por ciento menos de riesgo de Alzheimer.
El estudio, de casi 3.000 hombres y mujeres que se inscribieron en dos estudios separados, encontró que cuanto más saludable es su estilo de vida, menor es su riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. En esto parece que estamos todos de acuerdo, pero ¿Cuáles fueron los hábitos saludables analizados en el estudio? Vamos a ellos:
1 – Hacer Ejercicio regular. Así que si este año aún no te habías propuesto a empezar tu rutina de ejercicios, ¡aquí tienes un incentivo a largo plazo!
“La actividad física es buena para el corazón y los vasos sanguíneos, incluidos los del cerebro.! Es recomendado al menos 150 minutos a la semana de ejercicio de intensidad moderada a vigorosa, eso incluye caminar, andar en bicicleta o subir escaleras. Además para las personas con Alzheimer también es recomendado ya que ayuda a mejorar la coordinación y prevenir caídas, (una de las principales causas de discapacidad en las personas mayores).
2 -No fumar. Se ha demostrado que fumar acelera el deterioro cognitivo y puede estimular la aparición de la enfermedad de Alzheimer. Esto no hace falta decir. Fumar es perjudicial para nuestra salud en casi todos los aspectos… así que cambio de rutina, ¡ahora mismo!
3 – Dieta Saludable. Una dieta saludable para el corazón. Lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro, han demostrado numerosos estudios, y la dieta puede contribuir de manera importante a la salud de la mente y el cuerpo. ¿Conoces la combinación de la llamada dieta MIND, (que modifica las dietas mediterránea) y la DASH (que destaca los alimentos y nutrientes vinculados a la prevención de la demencia)? Parece que es lo que debemos seguir si queremos colaborar con la salud de nuestro cerebro.
La dieta mediterránea, rica en cereales integrales, verduras, pescado y grasas saludables como el aceite de oliva, junto con cantidades moderadas de vino, asociada a la dieta DASH, que tiene enfoques dietéticos para detener la hipertensión, requiere una mezcla de cereales integrales, frutas, verduras y sal limitada para mantener la presión arterial bajo control.
Para obtener los posibles beneficios de la dieta MIND para estimular el cerebro, alguien necesitaría comer al menos tres porciones de cereales integrales, una ensalada o verdura de hoja verde y al menos otra verdura. Cada dos días, los frijoles pueden estar en la dieta. Beber con moderación es parte de la dieta de estilo mediterráneo y otros regímenes
4 – Consumo de alcohol leve a moderado. Beber con moderación es parte de la dieta de estilo mediterráneo y otros regímenes saludables para el corazón. De acuerdo con el estudio beber una copa de vino al día (para las mujeres) o dos bebidas al día (para los hombres), está relacionado con una mejor salud cerebral. ¡O sea no hay que exagerar!.
Esto porque se encontró que los individuos que bebían no más de una o dos bebidas al día tenían hipocampos (parte del cerebro fundamental para la memoria) más grandes.
5 – Actividades que sean estimulantes mentalmente. Los adultos mayores que se mantienen comprometidos intelectualmente tienden a tener una mejor salud cerebral. Las opciones son muchas: desde aprender un nuevo idioma, leer cada día o escribir, hacer crucigramas o desafíos cerebrales. Aquí también cuentan las actividades sociales como hacer trabajo voluntario o realizar visitas sociales también se han relacionado con una aparición tardía de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.
Resaltamos que el estudio fue observacional, pero de acuerdo con el Dr. Richard J. Hodes, (director del National Institute on Aging) ha podido demostrar con más evidencia sobre cómo una combinación de comportamientos modificables puede mitigar el riesgo de enfermedad de Alzheimer».
Con esto lo que queremos decir es que no está garantizado que adoptando buenas prácticas podamos eliminar de nuestro futuro desarrollar la demencia de Alzheimer, pero existen grandes posibilidades de no desarrollarla si las adoptamos. Así que, queda bastante claro lo que hay que hacer, ¿No?
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