Demencia ¿Cómo mejorar la estimulación si no son conscientes de sus fallos?

anciano con demencia

Una pregunta que nos llega de los lectores / cuidadores es si es necesario que la persona con demencia sea consciente de sus fallos para que haga actividades de estimulación.

Antes de entrar en la respuesta les vamos a recordar que sabemos que los tratamientos terapéuticos mantienen y/o mejoran el proceso de la demencia, porque permite que estos pacientes puedan tener más autonomía durante el mayor tiempo posible. Esto significa una mejor calidad de vida no solamente para la persona que tiene Alzheimer u otro tipo de demencia, también para el cuidador, ya que el alzheimer es una enfermedad considerada de larga duración (de 8 a 10 años desde el diagnóstico hasta la muerte, pero puede prolongarse hasta 20 años o más).

Las terapias consideradas no farmacológicas se definen como una intervención no química, que es realizada sobre el paciente o el cuidador y potencialmente capaz de obtener un beneficio relevante, tanto en lo que dice a la mejora de calidad de vida, como de la cognición, conducta, dominio físico motor, entre otros.

La estimulación por lo tanto es esencial y debemos ser conscientes de que una persona con demencia tiende a dejar de hacer las actividades que ya hacía antes de la enfermedad. Es decir, no solamente tendrá dificultades y puede sentir frustración para empezar actividades nuevas, también irá dejando de hacer tareas que antes hacía, como conducir por ejemplo.

Conociendo lo anterior, entendemos que empezar algo nuevo de manera tradicional será peor que un parto para las personas con demencia. Pero a la vez, si hablamos de actividades para hacer un esfuerzo cognitivo y que estén adaptadas al perfil de la persona mayor, entonces, claro que es recomendable. Por esto comentamos sobre la importancia del terapeuta ocupacional en la evaluación e indicación de actividades de acuerdo con cada paciente. Estos facilitarán los recursos necesarios para que la persona con deterioro se encuentre cómoda y segura y pueda hacer actividades estimulantes sola o en grupo al nivel de sus capacidades.

Así que si nos encontramos con una persona con demencia que realiza la actividad propuesta, pero detectamos muchos errores, no significa que la debemos corregir o parar de hacer esta actividad. Se pueden beneficiar tanto las personas con conciencia de los errores y de la enfermedad como las que no la tienen. Esto porque es muy común que una persona con demencia no tenga plena conciencia de sus fallos, ya que esto forma parte de la enfermedad.

Seguir haciendo que les guste estas actividades de estimulación, dando las debidas orientaciones y ayudando para que sigan con interés en lo que hacen, es mucho más importante. Notamos que gradativamente la persona con demencia se siente menos capaz de ejecutar una tarea y de este modo  prefiere no hacerla. Aquí ya no se trata sobre si puede o no hacer, el tema central de la cuestión es que nuestro esfuerzo como terapeutas o cuidadores debe centrarse en que consigamos mantenerles estimulados para seguir haciendo por más tiempo todo lo que les guste, con o sin errores… y esto no es tarea nada fácil, ¿verdad?

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Referencias: knowalzheimer.com

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