Muchas personas cuidadoras se preocupan con determinados comportamientos que pasan a tener sus familiares mayores, principalmente en los casos de enfermedades como el Alzheimer. Sabemos que los cambios de actitud y humor hacen parte del proceso, pero insistimos en que el cuidado centrado en la persona debe priorizar valorar lo que es importante para la persona con demencia.
¿Por qué siempre hablamos de valor?
¿Has pensado sobre esto?
La respuesta es muy corta:
– Todos queremos hacer lo que nos gusta, lo que valoramos.
La mejor manera de lograr un buen entendimiento de esto es ponerse en el sitio del otro.
¿A ti por ejemplo, te gusta vestir lo que te gusta o lo que otra persona elija para ti?
Puede que contestes:
– «Depende, de vez en cuando no me importa si alguien más elige, si es alguien con buen gusto, hasta me gusta que lo decida él/ella.»
Esto puede ocurrir y puede ser una situación del momento – de que a veces prefieres que otro lo decida. Pero en general, seguro que a ti te gusta elegir lo que comes, lo que vistes y lo que te gusta o no.
Cuando hablamos sobre los gustos y significados para una persona con demencia, ocurre algo parecido.
Mucha gente que cuida puede decir: «pero papá sólo quiere llevar aquella camisa rota, gastada y no me parece bien que la lleve»
Aquí planteamos dos situaciones:
- Una valorar que tú, como cuidador / cuidadora, te preocupas por su cuidado, por su higiene, porque vaya bien vestido. ¡Esto es importante también!
- Y la otra es que debemos valorar el hecho de que la persona con demencia (el padre en este caso) haga una elección, que su cerebro aún conserve las funciones necesarias para identificar objetos, preferir uno y verbalizarlo.
¡Podemos llegar a un término medio! Si a él tanto le gusta aquella ropa, deja que la lleve dentro de casa, que se sienta valorado en su decisión.
¡Porque a todos nos gusta sentirnos valorados! Puede que para él vestir aquella ropa tenga más significado de lo que piensas.
Y luego puedes disimular y separar una camisa nueva para cuando salga de casa, ya sea para un paseo o consulta.
Debemos recordar que existen dos puntos claves en las decisiones junto a las personas con demencia:
- los innegociables como medicinas, higiene, y más y
- los negociables como ropa, paseo, actividades, etc.
Respetar la autonomía de la persona mayor y su toma de decisiones es una manera de perpetuar su identidad.
Deja que se sienta valorado en todo lo que pueda cuando se trate de «cosas» negociables. Le hará bien a él y te hará bien a ti.
¿Estás de acuerdo?
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