La enfermedad de Alzheimer es una de las enfermedades neurodegenerativas más comunes en la población mundial. Los costos humanos y financieros de la enfermedad están aumentando rápidamente en California y en todo Estados Unidos, y las proyecciones del censo para la población que envejece en el país sugieren que el alcance de la enfermedad pronto podría ser comparable al de la pandemia de COVID-19.
Un panorama desafiante
El Informe de Datos y Cifras 2023 de la Asociación de Alzheimer revela que el número de pacientes con demencia en los Estados Unidos se espera que casi se duplique a alrededor de 13 millones en 2050, desde los 6.7 millones actuales en la población de más de 65 años. Además, los gastos anuales en atención para personas con Alzheimer y otras formas de demencia aumentaron alrededor de $24 mil millones el año pasado, a alrededor de $345 mil millones. Se espera que estos gastos se acerquen a $1 billón para el 2050. El valor del cuidado no remunerado es casi igual al del cuidado remunerado. El año pasado, alrededor de 11 millones de estadounidenses actuaron como cuidadores para personas con Alzheimer, ofreciendo un estimado de 18 mil millones de horas de trabajo no remunerado por un valor de $339.5 mil millones. Esos números también podrían duplicarse a medida que la población envejece.
El informe también destaca diferentes aspectos de la enfermedad y sus efectos sociales, desde posibles tratamientos hasta el costo físico y emocional de los cuidadores.
Descubrimientos prometedores
Los tratamientos para la enfermedad de Alzheimer han sido un desafío para la investigación médica. La mayoría de los pacientes aún mueren después de cuatro a ocho años después del diagnóstico inicial. Sin embargo, el Informe de Datos y Cifras de la Asociación de Alzheimer señala que siete medicamentos para el Alzheimer están actualmente aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), la mayoría de los cuales tienen como objetivo retrasar temporalmente los síntomas de la enfermedad.
Pero el informe también señala dos nuevos fármacos, aducanumab y lecanemab, que tienen como objetivo «cambiar la biología subyacente de la enfermedad». Aunque estos fármacos no son «el» tratamiento, los expertos sugieren que son una señal prometedora en la lucha contra la enfermedad. La investigación ha demostrado que ambos fármacos ralentizan la pérdida cognitiva en un 20% a un 30% en comparación con un placebo.
Si bien se espera que estos medicamentos no sean para pacientes con síntomas graves de demencia, la Dra. Nicole Purcell, directora senior de práctica clínica en la Asociación de Alzheimer, sugiere que el énfasis debería ser en hablar con un médico ante cualquier declive cognitivo.
Superando la reticencia
A pesar de los esfuerzos de los defensores de la enfermedad de Alzheimer para que los adultos mayores hablen con expertos en salud ante cualquier declive cognitivo, muchos no han seguido este consejo. Las razones varían desde la ignorancia sobre la enfermedad hasta el miedo a los riesgos de aprender sobre ella. Además, el informe encontró que un número significativo de médicos de atención primaria (hasta el 40%) son reacios a diagnosticar a un paciente con la enfermedad de Alzheimer y en su lugar los refieren a especialistas.
Pero incluso si las personas están dispuestas a hablar sobre los síntomas que podrían ser signos de la enfermedad de Alzheimer, el informe encontró cierta reticencia por parte de los proveedores de atención médica. No solo los médicos de atención primaria son reacios a diagnosticar a alguien con la enfermedad de Alzheimer, sino que la comunidad de expertos en hacer tales diagnósticos también es demasiado pequeña para manejar la demanda actual, y mucho menos la próxima oleada de pacientes con la enfermedad de Alzheimer.
El papel de los cuidadores
La mayoría de los cuidadores de personas con enfermedad de Alzheimer son cónyuges o hijos adultos que a menudo tienen sus propios hijos para cuidar. El costo no financiero de la atención de la enfermedad de Alzheimer puede ser alto para ellos. Los cuidadores de personas con demencia, según el informe, tienen una mayor incidencia de accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer que otras personas de la misma edad. También sufren de tasas más altas de depresión y ansiedad, y son hasta 10 veces más propensos a contemplar el suicidio.
El número de trabajadores directos de atención médica que tienen habilidades interpersonales, paciencia y creatividad para trabajar con personas que sufren de demencia es insuficiente. El informe proyecta que el país necesitará al menos 1 millón de nuevos «trabajadores directos de atención médica» para el 2030.
Mirando hacia el futuro
A medida que el mundo se enfrenta a los desafíos de la enfermedad de Alzheimer, se espera que la investigación médica y la atención a pacientes avancen. Los avances en los tratamientos farmacológicos ofrecen esperanza para los pacientes y sus familias, pero los desafíos que plantea la enfermedad son complejos y van más allá de la medicina.
La enfermedad de Alzheimer es un problema social y económico. La atención médica y la financiación de la investigación son importantes, pero también lo es la conciencia pública y la educación. Las personas necesitan comprender los riesgos y síntomas de la enfermedad de Alzheimer, y necesitan saber cómo abordarla y cuidarla.
En última instancia, la mejor forma de abordar la enfermedad de Alzheimer es mediante una colaboración sólida entre la investigación médica, la atención médica y la sociedad en su conjunto. Al reconocer los desafíos que plantea la enfermedad de Alzheimer y trabajar juntos para abordarlos, podemos ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y prepararnos para un futuro en el que la enfermedad ya no sea una carga insostenible para la sociedad.
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