¿Vamos a cuidar con más respeto, más empatía y menos prejuicios a los que envejecen? Para mí es lo que quiero y también lo que deseo para ti.
Otro año se acabó… llegamos a 2020 y nosotros también envejecemos. No obstante ¿ya te has puesto a pensar cómo visualizas la vejez? Aunque vivamos tiempos modernos donde la tecnología no hace más que avanzar tendemos a mirar “lo viejo” como algo obsoleto, que se desvaloriza, incluso, que se le visualiza con ojos de nostalgia.
Las personas mayores en occidente tienden a ser vistas con muchos mitos y estereotipos como si no tuvieran una historia que contar, conocimientos para compartir y enseñar. En la cultura oriental se valora al mayor como persona de una importancia diferencial. Según el conferencista y autor español Francisco Javier González “cuando se le pregunta la edad a una persona mayor en oriente, se hace una reverencia y se le dice: ¿cuál es su gloriosa edad? Ellos le añaden el adjetivo de gloriosa a toda edad, porque según su filosofía, si eres mayor, ya empiezas a merecer la gloria; pero no por lo que se ha vivido, sino por lo que esa persona es capaz de enseñar”.
Tenemos muchos preocupaciones al acceder a este loco mundo virtual, y sobre algunas de ellas intentamos siempre hablar aquí en Reab. Hablamos con respeto, pero nuestra mayor motivación es querer ética, respeto y atención efectiva para esas personas. Generalmente no expresamos lo que pensamos y tenemos que comenzar a enseñar a hacerlo a las nuevas generaciones: nuestros hijos, los futuros ancianos.
Para ellos debemos erradicar esos estereotipos de prejuicios, sea a la persona mayor o a cualquier discapacidad. Modificar comportamientos de que la edad la marca el cerebro y no los años. Porque la vida no se acaba cuando envejecemos, al contrario, es un momento propicio para desarrollar proyectos y alcanzar metas.
Y aquí entra otra vez nuestro tema de 2020: autocuidado.
Deseamos a cada uno un envejecimiento pleno que empiece hoy mismo con la costumbre de autocuidarse, de tener un estilo de vida saludable, de mantenerse activo, de tener vida social, de dormir bien, de relacionarse con amigos y con la vida. Porque envejecer es inevitable, pero es solamente una etapa más de nuestras vidas, un nuevo proyecto de vida en la cual debemos prepararnos, aprender y disfrutar de sus aspectos positivos y negativos con nuestros seres queridos y comprometidos con el hecho de que es vivir para estar bien. Para poder aportar algo a los que se quedan.
Como madres que somos, hoy también dejamos un pedido para los que cuidan: nunca dejes que el deseo de crear un nombre, de construir una marca y ganar dinero (por qué no, después de todo lo necesitamos) sea mayor que el compromiso de mirar a cada paciente que cuidamos como único, cada familia como una red compleja que funciona de manera única debajo de cada techo, que no seamos marcas, seamos personas que cuidan de personas.
¡Os deseamos un más que Feliz 2020!