El día 1 de noviembre en España y en muchos países católicos se celebra el Día de Todos los Santos, en el que se homenajea a los familiares y conocidos fallecidos. En países como México las festividades pueden alargarse durante varios días en los que se celebra no solamente el Día de todos los Santos, también Halloween y el Día de los Muertos.
Cada persona tiene una percepción distinta de estas fechas, que pueden variar de alegría y diversión a añoranza y tristeza, y con las personas mayores pasará lo mismo.
La celebración de esta fecha en general tiene el objetivo de transmitir que somos finitos y que la muerte es parte de la vida, que la debemos ver como algo más en nuestro ciclo como seres humanos. Para muchos es un momento para recordar a los que ya no están, llenar los cementerios de flores y sentir más cerca que nunca a todos nuestros difuntos. Tradicionalmente en España es un día para celebrar con la familia, con sus tradiciones de comer huesitos de santo, buñuelos de viento o panellets y asar castañas, típicas de esta época del año. Aunque ya sabemos que este año por cuenta de la pandemia todo será diferente, no solo por el recuerdo de los muchos que se fueron, sino también por las restricciones de la movilidad, y el aislamiento social a que debemos intentar permanecer para prevención frente a la segunda ola del coronavirus.
Aunque haya mucha tradición local en el país, cada vez es más común ver como la noche del 31 de octubre la gente se disfraza y decora sus casas, siguiendo las tradiciones de Halloween. Esta fiesta de origen pagano, cuyas raíces provienen de un antiguo festival celta de hace más de 3.000 años conocido como Samhain («Fin del verano» en irlandés antiguo) es celebrada principalmente en el mundo anglosajón: Estados Unidos, Canadá, Irlanda y Reino Unido.
Las calabazas, las telarañas, vampiros, zombis, brujas, fantasmas y muchos más personajes aterradores llenan las calles para asustar a todo aquel que se encuentren.
Las personas mayores pueden tener sentimientos contrarios respecto a esta tradición: para algunos puede ser una buena oportunidad para disfrutar con sus nietos, para otros, una verdadera pesadilla.
Si el anciano tiene alguna enfermedad como Alzheimer, donde la percepción de la realidad ya es confusa en su cotidiano, un evento como el Halloween les pueden provocar verdadero temor.
Además ciertos elementos decorativos pueden crearles confusión y temor, como la falta de luz, velas, arañas, murciélagos, gatos negros, muchos disfraces y caretas, calaveras entre otros.
Si decides celebrar Halloween o el día de todos los santos de la manera tradicional, lo mejor es hacer que el anciano participe de la organización y preparativos previos al día y de esta manera se va acostumbrando y se siente partícipe del tema.
Algunas actividades que puedes hacer con las personas mayores, ya sea en casa o en una residencia:
Talleres de manualidades. Hay muchas posibilidades de usar las manualidades con ambos temas por ejemplo:
- Pintar la calabaza (ya que cortarla es un poco difícil), la pintura puede ser una buena alternativa para dar su toque personal al evento;
- Preparar decoraciones como altar con sus santos para homenajear a los que ya no están;
- Taller de pintura de flores o mandalas para decorar;
Taller de cocina:
- Si el tema es de halloween hay muchas recetas originales para decorar las comidas con temas relacionados a monstruos, momias, brujas etc
- Si nos vamos al tradicional en cada parte hay platos específicos de esta época: en Catalunya no puede faltar los panellets, riquísimos dulces hechos a base de mazapán y cubiertos de piñones, los buñuelos de viento, las castañas y boniatos asados.
Participación en Eventos: Además, para las personas más religiosas, se puede asistir a las celebraciones por sus fallecidos o llevar flores al cementerio.
Lo más importante es que la persona se sienta cómoda con las actividades propuestas. También es posible que no les guste celebrar de ninguna de las dos maneras, y esto ¡no es ningún problema tampoco!
¿Y vosotros? ¿Cómo celebráis estas fechas?