El trabajo es una de las ocupaciones humanas que más ha sufrido los impactos de la pandemia COVID y que muestra claramente un escenario de disfunción ocupacional.
El trabajo se encuentra en el esquema de la identidad ocupacional que interfiere en una vida saludable, productiva y satisfactoria. Como profesionales centrados en el desempeño de las ocupaciones humanas, los terapeutas ocupacionales han presenciado en esta pandemia un proceso de cambio de rutina que incluye el trabajo y que afecta profundamente la salud de las personas.
Debido al aislamiento social, las personas han experimentado la realidad de no poder trabajar fuera de casa, como lo hacían antes o incluso por completo. Muchos han sido los que han tenido que teletrabajar y otros, infelizmente no han podido parar, como es el caso de los que necesitan realizar su trabajo en persona, como cuidadores de ancianos y profesionales de salud.
Los trabajadores que han podido continuar con sus tareas laborales deben enfrentar un cambio drástico. El ambiente de trabajo ahora necesita ser en casa; cambios en las herramientas, algunos necesitan adaptarse e incluso desarrollar soluciones y habilidades para manejar y adaptar tecnologías de información y comunicación. En este caso, incluso podemos mencionar a los propios terapeutas de rehabilitación que necesitan construir los caminos y las posibilidades a través de la telesalud. Vale recordar que el teletrabajo no está exento de riesgos laborales. Muchos son los que se ven afectados por la sobrecarga de información y de trabajo, con un ritmo mayor de lo normal y exigencias de inmediatez en las respuestas, «todos estos factores de riesgo pueden derivar en patologías destacando principalmente de tipo ergonómico y psicosocial o las llamadas «tecnoestrés laboral».
Otro impacto causado por la pandemia está relacionado con el doble de horas de trabajo; En el escenario actual, las actividades laborales deben sumarse con tareas relacionadas con el mantenimiento de la casa y el cuidado de los niños u otros familiares dependientes, además de la conectividad constante permitida por el uso de internet, smartphones, tablets, etc., que imposibilita a los trabajadores desconectaren, “y esto impide su recuperación tanto psíquica como física ya que su jornada laboral se ve alargada».
Sabemos que las ocupaciones pueden contribuir a un estilo de vida equilibrado y completamente funcional. Frente a la Pandemia, nos enfrentamos a un estilo de vida que está fuera de balance y se caracteriza por una disfunción ocupacional.Tenemos que lidiar con nuevas formas de realizar tareas de trabajo, monitorear y buscar soluciones / herramientas de equilibrio que nos equipen.
Permítase momentos de «desocupación». Es necesario frente a la pandemia y al proceso de desescalada que ya enfrentan países como España, adaptarse a las nuevas realidades de la mejor manera para mantener la salud. Esto también incluye conocer y reconocer el trabajo como una ocupación que necesita atención, cuidado y pausas (¡aunque sea en el mismo ambiente del trabajo, la casa!).
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