La realidad virtual como herramienta para el tratamiento del Alzheimer

realidad virtual

En los últimos años nos hemos encontrado con varias investigaciones sobre los efectos de la realidad virtual en diferentes trastornos neurológicos. Aunque sea un área prometedora y en crecimiento en el sector de las intervenciones  terapéuticas en general,  aún existe limitaciones de estudios a respeto de los beneficios.

Según el Informe Mundial sobre el Alzheimer, publicado en 2018, el número de personas mayores diagnosticadas con la enfermedad de Alzheimer alcanza los 50 millones, y este número crece cada día.

Una investigación publicada en la revista Neurology realizó una revisión sistemática para comprender mejor la Realidad Virtual como herramienta terapéutica para mejorar o prevenir algunos síntomas asociados a los trastornos neurológicos. El estudio asocia la evidencia con posibles mejoras cognitivas y motoras para personas mayores con deterioro cognitivo leve (CCL) e incluso para demencia avanzada.

La realidad virtual se puede definir como un enfoque inmersivo / no inmersivo que involucra la relación usuario-ordenador simulando entornos, situaciones, escenas e incluso actividades para que el usuario pueda interactuar a través de múltiples canales sensoriales.

Existen muchos proyectos que buscan ayudar a mejorar la calidad de vida de pacientes con Alzheimer mediante la realidad virtual. En Cataluña, por ejemplo, existe un proyecto de la «start-up» Broomx, que usa proyectores con una tecnología de vanguardia y creatividad para simular entornos y realidades. Con este proyecto se puede disfrutar de realidad virtual, asistiendo a vídeos 360º y contenido interactivo sin gafas VR, ya que utilizan proyecciones que cubren todo el campo visual. Esto es una ventaja porque las gafas no siempre son bien aceptadas por pacientes con deterioro cognitivo.

De acuerdo con Ignasi Capellà, cofundador y director de desarrollo de negocio de la Broomx, esta herramienta ya está siendo probada en tres clínicas geriátricas de Ontario y Toronto (Canadá) y el resultado hasta entonces es bastante positivo ya que estimula una mayor interacción de los pacientes con su entorno. Un caso de ejemplo fue el de una señora que no socializaba y llevaba ingresada cinco años con depresión al ver las proyecciones se levantó de la silla y acarició a una vaca que aparecía en el vídeo. Después de esta experiencia poco a poco empezó a hablar de su pasado en la granja de la familia, de su infancia y interactuar con otros pacientes.

Volviendo al estudio que comentamos a principio del artículo, las conclusiones son que algunos pacientes mostraron mejora en el desempeño de habilidades cognitivas y Actividades de la Vida Diaria (AVD), sin embargo, estos resultados no fueron evaluados a largo plazo. También nos apunta que la realidad virtual es una herramienta capaz de rastrear posibles cambios en la funcionalidad.

O sea que podemos decir que aunque la realidad virtual parece tener buena acogida en los tratamientos de personas que tienen Alzheimer u otro tipo de demencia, es importante entender las nuevas tecnologías como una herramienta más en el tratamiento. Estas no sustituye al terapeuta ocupacional o profesional que trabaje con la evaluación / estimulación del paciente.

Asimismo, se advierte de la necesidad de más investigaciones rigurosas para asegurarnos de los beneficios o no que puedan tener este tipo de intervención.

¿Ya has experimentado algo similar? Nosotros tuvimos la oportunidad de ver una exposición de Monet con la realidad virtual y la verdad ¡es algo increíble! Seguramente en un futuro próximo podremos ver más usos clínicos y terapias aplicadas con esta tecnología, ¿verdad?

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