Lo tiempos modernos piden que todos estemos casi que constantemente localizados y conectados. Esto muchas veces nos sobrepasa. Si tardamos en contestar una llamada, nuestros familiares ya se preocupan, si nos vamos de viaje y no decimos que hemos llegado bien, nos pueden echar una bronca (¡en mi familia seguro!). Y la verdad no sé si es algo más relacionado al control que queremos tener con aquellos que nos rodean o si incide directamente con la inseguridad existente en el mundo actual (asociada a la tecnología que nos permite una comunicación constante, ¡por supuesto!).
Recuerdo que cuando era pequeña no existía nada de esto, los teléfonos móviles aún no estaban presentes en nuestras vidas y muchas veces jugábamos por el vecindario por horas sin que nuestros padres se preocuparan por donde andaba (desde que volviera a casa a la hora determinada para cenar). Hoy esto, en las grandes ciudades, es imposible. Los adolescentes ya tienen móvil con GPS y pueden compartir ubicación constantemente con sus padres, y si nos vamos de viaje, hacemos lo mismo con nuestros familiares para que puedan ver cuánto tiempo vamos a tardar para llegar al destino.
Claramente se pueden ver ventajas y desventajas en todo lo que conlleva este avance de la tecnología, pero hoy nos han llamado la atención algunos dispositivos que cada vez son más frecuentes y que, como dice el titular, pueden salvar vidas.
Hablando con un amigo, me contó una experiencia con su abuela que el sábado pasado salió a dar un paseo sola y se cayó en una calle del barrio; por aquellas horas de la mañana estaba bastante desierta. Ella llevaba encima un reloj que tiene un dispositivo localizador con GPS y rápidamente lo activó. Sus familiares recibieron la alerta y entraron en contacto y pudieron ubicarla antes mismo que llegara los servicios de emergencias. Menos mal que ahora ya se encuentra bien.
Aún durante la pandemia la startup aragonesa Neki, relató que sus dispositivos localizadores con GPS «escondido» integrados en objetos o complementos cotidianos (bastón, reloj, cartera o cinturón) estaban siendo muy buscados por familias de personas mayores y cuidadores de personas con algún tipo de demencia. Esto porque son muy discretos al encontrarse integrados a objetos de uso diario y permiten actuar rápidamente ante caídas, personas desorientadas o perdidas, e incluso evitar fallecimientos.
Según indicadores, después de la primera ola del coronavirus y con el desconfinamiento aquí en España, un 66% de las personas mayores y que sufren algún tipo de deterioro cognitivo se ha desorientado alguna vez al salir a la calle, y un 42% ha sufrido algún tipo de caída. Son números bastante elevados.
Esta empresa cuenta con nuevos dispositivos, como el reloj localizador GPS y el colgante y llavero localizador GPS, ambos monitorizables por app, se han convertido en parte de la solución y aportan tranquilidad, seguridad y confianza a las familias. Tanto es así que, según explican desde la startup, las personas que utilizan estos dispositivos son los mayores de 76 a 80 años (un 26%), siendo los hombres los que más los usan (un 69%) frente al 31% de las mujeres.
La Neki está presente en España e Italia y recientemente ha abierto negocio en Suecia y Portugal. Además, tiene previsto cerrar una ronda de inversión para impulsar su expansión internacional con el objetivo de desembarcar en nuevos países europeos y también en Latinoamérica, como Panamá y México.
Puedes ver un video de como funcionan aquí:
Sabemos que no es la única marca que está invirtiendo en el sector del envejecimiento. Aunque sea una especie de control y quizás invasión de privacidad, es de cierto modo un avance en términos de seguridad para las personas que viven solas y sus familiares. Cada vez habrá más soluciones como ésta para evitar accidentes y localizar a personas desaparecidas o desorientadas