La neuropsicología es una disciplina científica que se ocupa de la relación entre el cerebro, el comportamiento y las funciones cognitivas. Esta disciplina es parte de un cuerpo más amplio de conocimiento, las neurociencias. Como tal, se configura en un área interdisciplinaria de conocimiento y desempeño, que integra conocimiento, instrumentos, métodos y modelos teóricos de diversas áreas, como Psicología, Neurología, Psiquiatría (y otras áreas de la Medicina), Logopedia, Farmacología, Fisioterapia, Educación, Biología, Educación, entre otros, y, finalmente, Terapia Ocupacional.
Según el diccionario, la interdisciplinariedad significa un proceso de integración recíproca entre varias disciplinas y campos de conocimiento, que constituye una asociación de disciplinas, debido a un proyecto o un objeto que les es común. En este contexto, el objeto común es, como ya se mencionó, las relaciones entre el cerebro, el comportamiento y las funciones cognitivas. Cada profesional, de acuerdo con sus antecedentes y especificidades, actúa en una o más facetas de estas relaciones entrelazadas.
La intervención en neuropsicología, según Haase et al. (2012), contempla la evaluación neuropsicológica y el proceso de rehabilitación. La evaluación neuropsicológica generalmente cubre grandes clases de funciones, tales como las funciones receptivas (habilidades para seleccionar, adquirir, almacenar e integrar información a través de la vista, el oído y la anestesia); Memoria y Aprendizaje; organización mental y reorganización de la información; funciones expresivas (medios en los cuales la información se comunica o se pone en acción), entre otros. La evaluación implica procesos / funciones deficientes y preservados, en un intento de rastrear un perfil neuropsicológico del caso en cuestión. Siendo, en nuestro país, esta asignación específica del profesional de Psicología.
Con respecto a la rehabilitación neuropsicológica, entre los profesionales interesados, destacan los terapeutas ocupacionales, que tienen la ocupación como su principal objeto de intervención.
Sabemos que hay varias causas que conducen al deterioro ocupacional, por lo tanto, funcionales. Estos van desde lesiones adquiridas (vasculares o traumáticas) hasta la gran variedad de trastornos del neurodesarrollo y neuropsiquiátricos. Por lo tanto, el papel del terapeuta ocupacional es esencial en el proceso de rehabilitación neuropsicológica. Somos los profesionales que establecemos el vínculo entre los «déficits» cognitivos, conductuales, motores, emocionales y contextuales (derivados de una lesión o trastorno) con sus respectivas «discapacidades», es decir, las consecuencias contextuales de los déficits, los que corresponden a la discapacidad. desempeño de ocupaciones importantes para el individuo. Por lo tanto, trabajamos entendiendo la relación entre el cerebro, la cognición y otros dominios asociados, y sus respectivos impactos en la función.
Para esto, realizamos evaluaciones funcionales para comprender el camino desde los componentes afectados hasta la ocupación objetivo, y elaboramos un plan de intervención. Consideramos las preferencias y estilos individuales como una condición sine qua non, porque diferentes personas se benefician de diferentes estrategias y, por lo tanto, nos centramos en las cosas que las personas con discapacidades cognitivas y funcionales quieren aprender o (re) aprender.
Esto significa que siempre trabajamos con material útil en la vida diaria del paciente, contextualizando y generalizando las ganancias funcionales
Autora: Fabricia Quintão Loschiavo Alvares | Ph.D, M.D. | CREFITO – 4/8332 A | Terapeuta ocupacional | Especialista en Neuropsicología | Capacitación en Evaluación Neuropsicológica y Rehabilitación en la Universidad de Cambridge y el Instituto Oliver Zangwill – Reino Unido Miembro de la Federación Mundial de Rehabilitación Neuropsicológica
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