Ya hace casi un año que estamos viviendo con la pandemia y ésta ha dejado todavía más en evidencia el papel de las mujeres en la sociedad. Estas se encuentran en el centro de los esfuerzos de atención y respuesta.
De acuerdo con una encuesta sobre la salud mental en tiempos de Covid-19, los resultados publicados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) relatan que un 22% de mujeres (frente a un 9,4% de hombres) asegura haber sufrido ataques de ansiedad desde que comenzó la pandemia; un 22% se ha sentido angustiada muchas o bastantes veces (y solo un 9,5% de hombres); un 18,6% se ha visto con frecuencia sobrepasada por las preocupaciones, y solo cuatro de cada diez afirma no haber sufrido estrés por culpa de la pandemia. Esto no significa que sean más vulnerables, sino que han sufrido más situaciones de vulnerabilidad, afectando directamente al estado de ánimo.
Las mujeres se encuentran en la primera línea de la crisis de la COVID-19 y soportan cargas desproporcionadas como trabajadoras de la salud, cuidadoras, innovadoras y organizadoras comunitarias. Siempre han estado entre los profesionales indispensables pero a la vez, menos reconocidos social y económicamente (trabajo en los hogares, doméstico, tareas comunitarias, cuidados en la salud). La crisis ha puesto de relieve tanto la importancia fundamental de las contribuciones de las mujeres como las cargas desproporcionadas que soportan.
Y sabemos que esto no es solo por la pandemia, ¿Cuántos cuidadores del sexo masculino de personas mayores conoces? Las mujeres siempre han sido las que han llevado este rol. Y con la crisis del Covid-19 han estado sometidas a mayor estrés porque se ha multiplicado la necesidad de cuidados (con niños en casa, sin extraescolares, mayores confinados a los que había que cuidar o hacerles recados…)
Además de los cuidados en casa, las mujeres están empleadas en sectores más expuestos al virus (supermercados, enfermería, servicios de limpieza, cuidados en residencias) y a esto hay que añadir el factor psicológico del miedo a la enfermedad.
La ONU Mujeres a determinado el tema de este año: “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19” , y es fácil entender el porqué, ¿verdad?
Antes de pasar a lo global, pensemos que simples acciones cotidianas pueden ser tan significativas para la igualdad de género y pueden empezar en casa. Más que flores y homenajes toda mujer quiere acciones como estas:
1 – Comparte el cuidado
¿Alguna vez escuchaste el dicho «el trabajo de una mujer nunca se termina»? Bueno, es cierto: las mujeres realizan tres veces más trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los hombres. Eso es tiempo y energía que se les quita a las mujeres para avanzar en sus carreras, ganar más dinero y disfrutar de actividades de ocio.
Si como hombre convives con una mujer demuestra que te preocupas: Comprométete a compartir equitativamente las tareas del hogar, las responsabilidades de los padres y otros trabajos no remunerados.
2. Denuncia el sexismo y el acoso
Desde los gritos hasta las explicaciones masculinas y las bromas sexuales inapropiadas, las mujeres se enfrentan a todo tipo de comportamientos sexistas e irrespetuosos en lugares públicos y privados a diario. Puedes denunciar comportamiento inapropiado de una manera segura y respetuosa. Actualmente es inadmisible frases como: «una mujer debe conocer su lugar» “¡la brecha salarial es un mito!”, aprende a defender con datos.
3 – Lucha por una sociedad laboral igualitaria
Desde el acoso sexual hasta la brecha salarial de género, las mujeres enfrentan una lista completa de prácticas discriminatorias en lo que respecta al lugar de trabajo. Exigir un entorno de trabajo progresivo a través de la representación equitativa de mujeres en el liderazgo y las juntas directivas, igual remuneración por trabajo de igual valor y cursos de educación sobre igualdad de género.
Las mujeres suelen realizar importantes sacrificios profesionales para tener una familia, con consecuencias para su bienestar económico y personal. Una forma de nivelar el campo de juego es presionar por políticas unificadas de licencia parental que ofrezcan amplias licencias pagadas tanto a los padres biológicos como a los adoptivos. Es importante alentar a los padres a que tomen la licencia parental para desempeñar un papel activo en el cuidado de los niños. Otras formas sencillas de facilitarles la vida profesional a las madres: solicite salas de lactancia, refrigeradores para la leche materna, horarios de trabajo flexibles y servicios de cuidado infantil asequibles y de calidad en el lugar de trabajo o cerca de él.
Si te han gustado estos puntos, sigue leyendo la propuesta completa en la web de ONU Mujeres.
Y si como cuidadora necesitas consejos para lograr hacer esta labor con más ligereza, mira este artículo aquí.
¡Deseamos un Feliz Día a todas las Mujeres!