Uno de los problemas que enfrentan las personas con la enfermedad de Alzheimer es el control de sus finanzas. Aprenda cómo identificarlos, qué pasos tomar y cómo proteger a sus seres queridos para que no se conviertan en víctimas de fraude y abuso financiero.
Al principio de la enfermedad, la persona puede realizar tareas básicas, como pagar facturas. En este período ya es posible tener dificultades en tareas más complejas, como gestionar gastos pagados con cheques, tarjetas de crédito y realizar transacciones bancarias. A medida que la enfermedad empeora, las personas con la enfermedad de Alzheimer ya comienzan a percibir estas dificultades y tratan de ocultar los problemas financieros para proteger su independencia, o incluso, pueden no darse cuenta de que están perdiendo la capacidad de lidiar con estos problemas y acumulan deudas y se vuelven más expuesto al fraude.
¿Cómo darse cuenta de que un ser querido se enfrenta a estos problemas?
Sí, estos signos existen y hemos separado algunos de ellos para que puedas identificarlos más fácilmente:
– Dificultad para pagar facturas que antes pagaba con facilidad (pedir ayuda con tareas que antes hacía en la vida cotidiana sin dificultad).
– Dificultad para rellenar cheques (incluso hacer coincidir el valor escrito con la compra realizada).
– Dificultad en la comprensión del extracto bancario (pedir ayuda para interpretar los datos del extracto).
– Mostrar aprensión o miedo al entrar en asuntos financieros.
– Sobres de cuentas por pagar que han vencido el plazo y ni siquiera han sido abiertos, es común que se acumulen cartas y facturas.
– Empiezan a aparecer en el extracto de la tarjeta de crédito compras importantes de productos y en lugares no habituales, incluyendo compras en exceso.
– Ausencia de dinero en el banco o cuenta de ahorros.
– Implicación en deudas en descubierto o facturas de tarjetas.
Ante la presencia de estos signos, ¿Qué medidas se deben tomar?
Este es el momento más delicado y requiere la participación y comprensión de todos los familiares y allegados ya que seguramente tendrás que intervenir en algo muy personal: la situación financiera de la persona.
Para empezar:
– Trata de explicar con calma y confianza a la persona que necesita ayuda para controlar las finanzas.
– Algún familiar o allegado debe empezar a hacerse cargo del seguimiento y según el caso hasta hacerse cargo de las finanzas de la persona con Alzheimer. Esta persona debe ser elegida por toda la familia, y obviamente ser una persona de extrema confianza.
– Disminuir el límite de tarjetas de crédito y en algunos casos incluso cancelar estas tarjetas.
– Si la persona se encuentra en un nivel avanzado de la enfermedad y aún con las opciones antes mencionadas sigue presentando problemas económicos, es necesario contar con medidas legales para transferir la autoridad financiera, la persona ya no será legalmente responsable de las mismas y deberá tener un tutor, un representante legal y este acuerdo debe hacerse a través de un abogado. Preferiblemente, esta acción debe tomarse mientras la persona con Alzheimer todavía puede entender y autorizar el acuerdo. Este es otro momento delicado y necesita la ayuda de toda la familia e incluso apoyo psicológico.
Protección contra el abuso financiero y el fraude
Es común que las personas con Alzheimer sean víctimas de estafas financieras y lamentablemente muchas veces estas situaciones puedan ser generadas por personas cercanas (amigos o familiares). ¿Qué situaciones se deben observar?
– Robo/desaparición de documentos, tarjetas de crédito y otros
– Firma de cheques y probables contratos y documentos, tales como testamento, poder, acción para unir a una persona física en una cuenta conjunta (las firmas pueden ser firmas falsas, o la persona puede haber firmado los documentos sin saber de qué se trataban) .
– Ofertas para hacerse rico rápidamente.
– Ofertas de préstamos para personas mayores.
– Adhesión a programas con profesionales no cualificados que prometen recuperación de la memoria.
– Venta súbita de una casa o coche sin que la persona haya mostrado previamente voluntad de venderlos.
– Ausencia de cosas propias de la familia o de la persona con Alzheimer (joyas, ropa y cualquier otro objeto de valor).
Si notas que la persona ha sido víctima de una estafa, comuníquese con la policía local de inmediato.
Es muy triste imaginar que alguien pueda aprovecharse de una persona que está enferma para aplicarle estafas y sacarle provecho económico, pero lamentablemente es una situación común y por eso debemos estar atentos y alerta.
Esta información fue recopilada con base en los estudios de National Institute on Aging (Instituto Nacional sobre el Envejecimiento). Este centro ofrece información y publicaciones para familias, cuidadores y profesionales sobre la enfermedad de Alzheimer y otros cambios cognitivos relacionados con la edad.
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