Sabemos que la felicidad no es algo permanente. Y según la definición de su significado: «la felicidad es el estado emocional de una persona feliz; es la sensación de bienestar y realización que experimentamos cuando alcanzamos nuestras metas, deseos y propósitos; es un momento duradero de satisfacción, donde no hay necesidades que apremien, ni sufrimientos que atormenten.
La felicidad es una condición subjetiva y relativa. Como tal, no existen requisitos objetivos para ser felices:
Dos personas no tienen por qué ser felices por las mismas razones o en las mismas condiciones y circunstancias.
Pero y cuándo hablamos de una persona con demencia ¿Cómo se expresa esta felicidad?
Ser cuidador conlleva sus propios desafíos y responsabilidades, sea quien sea: un miembro de la familia, un vecino o un profesional. Independientemente del nivel de dependencia / independencia de la persona mayor, se espera que un cuidador esté capacitado para satisfacer esas necesidades a largo plazo.
Como cuidador, la persona debe practicar a diario el acto de poner las necesidades de otros por encima de las suyas para garantizar la salud y el bienestar. Cuando combina esto con el hecho de que está haciendo la vida de otra persona más fácil y mejor, y consecuentemente más feliz, esta tarea de cuidar puede ser increíblemente gratificante.
Cada vez más familiares asumen la tarea de cuidar de forma no remunerada. Es un gran desafío ya que convertirse en un cuidador capacitado requiere mucha práctica. Un cuidador capacitado aprenderá y comprenderá cómo controlar la propagación de enfermedades, cómo hacer que la persona mayor se sienta feliz a través del desarrollo socioemocional, cómo manejar el comportamiento infantil de algunas personas mayores, cómo cuidarlos cuando están enfermos y cómo administrar el tiempo de manera eficaz.
A través de la evaluación continua del cuidador y la atención en el hogar, necesita saber que la comunicación es la parte más vital de una atención eficaz. Si te comunicas bien con la persona a quién cuidas, existe una gran posibilidad de que brindes una buena atención que lo mantendrá feliz siempre y le garantizará la mejor salud y bienestar posibles.
La comunicación eficaz también puede ayudar a las personas mayores a vivir más y mejor. La mayoría de la gente tiene que trabajar para ser un comunicador experto. La comunicación no es la única habilidad que debe tener un cuidador. Hay otras. Sin embargo, se puede decir que la comunicación eficaz es la piedra angular de la prestación de cuidados. Las habilidades del cuidador más importantes que las personas mayores realmente aprecian son aquellas que van más allá de la competencia técnica pero se enfocan en la competencia social.
Siendo conscientes de esta verdad dejamos la pregunta que contestaremos a seguir:
¿Qué habilidades debe tener el cuidador para mantener feliz a la persona mayor?
1 – Usar la comunicación efectiva
Los cuidadores son fundamentales para la salud de las personas mayores, pero gran parte del éxito de esta tarea se debe a que haya una comunicación efectiva entre cuidador y la persona a ser cuidada. Podría ser tan simple como realizar las actividades de rutina diaria para mantener a la persona mayor en buen estado de salud. También podría ser tan difícil como hablar sobre problemas de salud, saber cuándo es el momento de un chequeo médico, incluso cuando la persona mayor no lo menciona.
La mala comunicación no le hará ningún bien al cuidador ni a la persona mayor. Incluso podría dañar la relación, especialmente si la persona mayor es un miembro de la familia o un vecino. Además, hay casos en los que la persona mayor tiene más de un cuidador. En tales circunstancias, es importante que los cuidadores se transmitan información entre ellos. Ya sea que se trate de necesidades tan insignificantes como las de la cocina o de cuestiones importantes como la salud, los cuidadores deben comunicarse entre sí y con las personas adecuadas.
2 – Practicar la escucha:
Escuchar es una habilidad de comunicación importante que se recomienda mucho. No todos sabemos escuchar debidamente. No te limites a tomar decisiones por tu cuenta sin preguntar y escuchar al destinatario de tu decisión. Tienes que prestar atención a lo que dice el mayor y hacerlo correctamente. A veces, el enfoque ni siquiera está en lo que necesitan. Se trata mucho más de saber que alguien está dispuesto y abierto a escuchar lo que tiene que decir.
Esto está comprobado por investigaciones. Lee el artículo: Tener un buen oyente mejora la salud de su cerebro, y lo entenderás mejor.
3 – Hablar de manera eficaz, sin gritos
El arte de hablar de manera concisa lleva tiempo pero puedes obtener muchos beneficios. No asumas que tienes que gritarles porque ahora son muy mayores. Gritar siempre tendrá un resultado negativo. Son humanos y pueden sentir cada palabra que se les dice. En lugar de gritar, concéntrate en hablar de forma más eficaz. Si puedes expresar tus palabras de forma muy simple y concisa, todos los días podrás hacer más feliz a una persona mayor. En otras ocasiones, es posible que debas hablar más despacio y con menos ruido mientras usa más palabras.
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4 – Tener Empatía
Conocer los desafíos y las limitaciones de la persona a la que cuidas te facilitará las cosas y mejorará tu relación con ella. La empatía contribuye en gran medida a lograrlo. La empatía te da una perspectiva de tratar de encajar en el lugar de la otra persona. Ser empático aumentará la calidad de la atención y la cantidad de tiempo que brindes. Esto, a su vez, mejorará la calidad de vida de las personas mayores.
5- Ser Paciente
Tener paciencia mientras cuidas significa que debes reducir la velocidad y repensar lo que estás haciendo en el momento presente. Significa que tienes que pensar en la mejor manera de comunicarte con una persona mayor sin ser condescendiente. El tiempo de la persona a quien cuidas seguramente será diferente del tuyo. No tengas prisa, con paciencia lograrás llegar más lejos.
6 – Practicar la Positividad
Aunque no sea una característica natural cuando somos cuidadores, debido a todos los problemas que puedan surgir, practicar la ligereza y la positividad te hará más fácil esta misión.
Al igual que en cualquier trabajo, abordar la prestación de cuidados con positividad lo hace más fácil. Si no eres un tipo de persona optimista por naturaleza, es posible que tengas que ser muy hábil en esta área. La positividad marca una gran diferencia en las relaciones, porque puede contagiarse a la persona mayor y es posible que comience a sentirse más feliz al relacionarse contigo.
7 – Desarrollar una buena capacidad de observación
Ser un buen observador significa que el cuidador puede detectar síntomas o reacciones sin necesidad de usar el lenguaje hablado. Muchas veces es capaz de ver cuándo la persona necesita atención médica, cuándo necesita decirle algo pero se siente reacia y cuándo solo quiere estar a solas. Muchas veces las personas con deterioro cognitivo pierden la capacidad de comunicar sus dolores, molestias o deseos y un buen cuidador debe poder detectar cuándo algo va mal e informar tales observaciones a la persona adecuada. El lenguaje corporal es una mezcla de comunicación y observación. Ya sea que esté hablando o escuchando a una persona mayor, debes poder prestar atención detallada al lenguaje corporal. Muchas veces, las personas mayores no tendrán que pronunciar una palabra. Solo tienes que tener una idea de lo que realmente necesitan en ese momento en particular.
Ser un cuidador puede ser gratificante sabiendo que con tu profesión o misión de vida (si eres un familiar) has aportado ayuda y apoyo a alguien que no puede hacerlo por sí mismo. Los cuidadores deben hacer la vida más fácil, mejor, más feliz y más divertida para las personas mayores. Si pones constantemente las habilidades mencionadas en tu mente te harás mucho más efectivo en el cuidado de personas mayores. Pero recuerda: para que puedas ofrecer el mejor cuidado debes cuidarte también. Si dejas de cuidar de ti, quedará poco de ti para compartir.
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Fuente: thecaregiverspace https://aginginplace.org/
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