El estrés es uno de los principales detonantes de enfermedades como alta presión arterial, problemas cardiacos, obesidad e incluso diabetes en todo el mundo.
Incorporar en nuestra rutina diaria o semanal tiempo para desconectar del trabajo y de todos los factores que nos puedan producir estrés, es fundamental para evitar que nuestro cuerpo pida ayuda directamente en un hospital. Por esto, no es sorprendente que a cada 15 de agosto se celebre el día mundial de la relajación.
Relajarnos significa depurar la mente y el cuerpo, liberarnos de tensiones innecesarias y equilibrar nuestro organismo para que no sufra ningún tipo de colapso que ponga en peligro nuestra salud. El estrés y la ansiedad pueden acabar provocando un serio deterioro en la salud y en la calidad de vida y, aunque se asocie a una etapa de la vida de pleno rendimiento laboral y social, también las personas mayores verse afectadas. Hay un estudio reciente que encontró (o empieza a comprobar) que los trastornos del estrés están relacionados con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Se comprueba así que el estrés es malo para el cerebro.
Puedes leer más sobre esto aquí: Cómo evitando el estrés disminuimos la posibilidad de desarrollar Alzheimer
Los profesionales de la salud, como los especialistas en medicina complementaria, los médicos y los psicoterapeutas, pueden enseñarte varias técnicas de relajación. Pero, si lo prefieres, también puedes aprender algunas técnicas de relajación por tu cuenta.
En general, las técnicas de relajación implican centrar la atención en algo relajante y aumentar el conocimiento del cuerpo. No importa que técnica de relajación elijas. Lo que importa es que trates de practicar las técnicas de relajación con regularidad para aprovechar los beneficios.
Sabemos que la actividad física ayuda no solo ayuda a mejorar la movilidad y flexibilidad, sino también a liberar tensiones y a favorecer un buen descanso. Un simple paseo o caminata o una sesión de gimnasia aeróbica pueden hacer mucho a la hora de conseguir relajar y tener una mejor noche de sueño. Pero existen ejercicios específicos y actividades más pensadas para personas mayores que pueden proporcionar buenos resultados, eliminando el estrés del cotidiano.
Una de las mejores técnicas de relajación es trabajar la respiración. En general, las técnicas de relajación implican centrar la atención en algo relajante y aumentar el conocimiento del cuerpo. Sea cual sea la técnica de relajación que elijas lo más importante es ponerla en práctica con regularidad dentro de la rutina. Según los especialistas esta es la mejor manera de disfrutar de los beneficios.
Actividades como el yoga o el Pilates resultan muy adecuadas para concienciar sobre nuestro cuerpo y lograr desconectar de los problemas diarios.
Pero puedes seguir una pauta orientada por especialistas que encontrarás en la Guía de Actividad Física para el Envejecimiento Activo de las Personas Mayores, el Ministerio de Cultura y Deporte (Descárgala aquí!) Y que son ideales para bajar el ritmo diario y preparar el cuerpo para una buena noche de sueño o para tranquilizarse en momentos de estrés.
Otras técnicas que puedes usar:
Relajación interior. Ponte en un sitio tranquilo, con música relajante y puedes imaginar un entorno tranquilo y luego concentrarte en la respiración relajada y controlada, en disminuir la frecuencia cardíaca o en sentir diferentes sensaciones físicas, como relajar cada brazo o pierna, uno por uno.
Relajación muscular progresiva. En esta técnica de relajación, te concentras en tensar lentamente cada grupo muscular y, luego, relajarlo. Es ideal empezar de abajo hacia arriba, por ejemplo: tensa y relaja los dedos de los pies, los gemelos, muslos y subes gradualmente hasta la cabeza. Y luego vuelve.
Visualización. Es otra técnica de relajación, donde puedes incorporar varios sentidos, olfato, oído, usar las imágenes mentales para hacer un recorrido visual hacia un lugar que te transmita paz.
Para cualquier técnica es recomendable buscar un ambiente tranquilo, ropa cómoda, cerrar los ojos (si posible) y concentrarte en la respiración. Intenta concentrarte en el presente y tener pensamientos positivos.
fuente: Mayo Clinic
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