La edad es una actitud y no una aptitud. Los avances tecnológicos y de salud nos están «regalando» más años de vida, pero si queremos disfrutar de una vejez saludable y feliz, debemos poner en práctica algunas herramientas cuanto antes. Incluir ocupaciones significativas con la naturaleza en la rutina, especialmente los entornos verdes y naturales, puede mejorar la salud mental o física y la longevidad y, por lo tanto, la felicidad. El compromiso con un envejecimiento saludable, donde todos puedan participar en lo que valoran, es una necesidad cada vez mayor.
Una investigación publicada por Nature Sacred y la fundación TKF resalta esta afirmación. El informe realizado por la experta en ciencia medioambiental, Kathleen Wolf y la enfermera especializada en demencia Elizabeth Housley, nos confirma que los adultos mayores con fácil acceso a la naturaleza muestran una mayor participación en actividades físicas al aire libre, mejorando así su salud mental y la función cognitiva. También registran una mayor interacción social.
Una de las recomendaciones básicas que le hacen los expertos a los pacientes que padecen algún trastorno de ánimo o ansiedad es pasear por la naturaleza o zonas verdes.
Organizar una rutina para personas mayores que incluya visitar y contactar espacios públicos que tengan ambientes verdes y naturales puede ser una solución para quienes no pueden tener este contacto desde casa. (¡Pero es importante recordar que incluso en casa es posible crear oportunidades para el contacto con la naturaleza!)
Razones porque el contacto con la naturaleza puede contribuir a hacernos más felices:
- Existe una conexión natural entre cada uno de nosotros y la naturaleza. Esta hipótesis se llama “biofilia” y está relacionada con que nuestros orígenes estén ligados a la naturaleza.
- El contacto con la naturaleza fomenta determinados comportamientos, como el ejercicio físico o la interacción social.
- Los entornos verdes y naturales pueden ser de mayor calidad porque están libres de ciertos factores estresantes como la contaminación atmosférica o acústica, que están asociados con enfermedades respiratorias y cardiovasculares y altos niveles de estrés.
- Además de los beneficios ambientales de la amenidad del paisaje.
- Contemplar, es decir, prestar atención a los paisajes naturales, cuando se les da la oportunidad, es un recurso valioso. Tener contacto con el cuidado de plantas, animales e incluso el cielo azul pueden ser oportunidades con la naturaleza que, muchas veces, son independientes de otras personas.
Por lo tanto, el contacto con entornos naturales y verdes a través de una rutina de actividades placenteras es valioso para el envejecimiento y, como se ve, puede ayudar con este proceso con más salud física y mental. De acuerdo con Rosario Linares, psicóloga y directora de El Prado Psicólogos, debe hacer parte de nuestra rutina, como algo básico del mismo valor que cepillarse los dientes, por ejemplo. El contacto diario con la naturaleza, el aire y el sol, y estar en movimiento, debería ser visto de esta manera. «Es fundamental para mantener en buen estado nuestro cerebro, y más aún en los casos donde hay un trastorno de ánimo o de ansiedad, el contacto con la naturaleza, respirar aire puro y el contacto con el sol es importantísimo», comenta.
Ahora que ya sabes de la importancia del entorno verde y natural es un aliado para un envejecimiento más feliz, incluye estos momentos «verdes» en tu rutina, un paseo, cuidar de plantas, actividades en un parque, pueden ser buenas opciones para empezar, ¿no?
También te puede interesar:
Conoce las mejores actividades terapéuticas para personas con Alzheimer
¡Aprende a hacer un huerto de aromáticas con lo que tenemos en casa!