Cuando como terapeutas ocupacionales hablamos sobre el término «Ocupación» nos referimos a la ocupación humana o incluso a las actividades realizadas en la vida cotidiana (día a día).
Estas actividades humanas son aquellas que involucran directamente el autocuidado, el entretenimiento e incluso la participación social, y además pueden contribuir a la estructura económica y social de sus comunidades.
Dado que la ocupación se considera como el día a día de las personas, podemos pensar en lo importante que es estimular a través de estas actividades, ¿estás de acuerdo?
Más aún cuando las ocupaciones seleccionadas para formar parte del proceso de estimulación son actividades que han formado parte de su vida durante mucho tiempo, como las actividades laborales . Esto porque suelen estar presente durante mucho tiempo a lo largo de la vida de cada uno de nosotros y sólo por esto, ya es una pieza clave muy importante durante el proceso de atención.
Si nos detenemos a pensar en las actividades que se realizan en el trabajo, encontramos varias oportunidades para estimular, pero debemos ser conscientes de lo significativo que puede ser o no para las personas mayores. Podemos proponer una escala de cero a diez, cuál sería el nivel de satisfacción para la realización de actividades que se refieren a la profesión. Esto porque sabemos que no todos se han sentido realizado con sus carreras profesionales y pueden que una vez jubilados, no quieran pensar en ello.
Antes de pensar en cualquier estímulo que implique este tipo de tareas laborales, descubre cuánto les gustaba / valoraban su profesión / trabajo. Si la respuesta es positiva, ¡invierte! Al fin y al cabo, puede servir como un «disparador» para evocar varias experiencias muy positivas en su memoria.
Para ello, el profesional / cuidador debe estudiar cuáles son las particularidades pertinentes a la profesión de la persona mayor, o incluso quién sabe, aprender más con él, hablando del tema.
Sugerencia de «preguntas clave» para facilitar el inicio de la conversación:
¿A qué te dedicabas? ¿En qué entorno trabajaste? ¿Qué objetos tenían en ese entorno? ¿Con quién trabajaste? ¿En qué lugares / posiciones has estado?
Así, poco a poco irás descubriendo los detalles y tomarás notas, para luego profundizar en el tema, como por ejemplo:
- Realizar actividades que se asemejen a las que se realizan en el lugar de trabajo.
- Visitar un lugar similar al que trabajó.
- Ver imágenes de lugares similares o del propio lugar de trabajo
- Explorar los “instrumentos” que se utilizan en la profesión (costurera: telas, hilos, agujas… Docente: lápiz, piloto o tiza, cuadernos).
- Promover lecturas de temas afines.
- Desarrollar juegos de bingo o memoria con las referencias de la profesión
Y todo lo que pueda permitir tu creatividad y el potencial de las personas mayores.
Además: ¿por qué no involucrarlo en nuevas actividades ajenas a lo que ya sabía? Esto es muy posible, e incluir estas actividades no relacionadas con las ocupaciones en la rutina de las personas mayores puede marcar una diferencia en su vida diaria.
Esta es la primera publicación en una serie de otras publicaciones que hablan sobre el uso de las ocupaciones para la estimulación, ¿tienes algún consejo? ¿sugerencia? Déjalo aquí en los comentarios y atentos en las siguientes publicaciones, apuesto a que te gustará.